La izquierda reformista o pseudo progresista festeja la intervención rusa como si fuese “antiimperialista”. ¡Nada más falso! Ni Rusia es un estado “antiimperialista”, ni lo es el dictador sirio Al Assad.
En el año 2011 se inició en Siria una revolución popular contra el régimen de Bashar Al Assad, cuya familia gobierna dictatorialmente desde 1971. El pueblo sirio se sumó a la ola revolucionaria árabe iniciada en Túnez y Egipto, reclamando libertad y justicia social. Al Assad ha sido y es un gobierno capitalista aliado a las multinacionales. No tiene nada de “antiimperialista” (el antecesor y padre de Al Assad, apoyó la invasión yanqui a Irak). Ante esa rebelión masiva, Al Assad respondió con tanques, balas y bombardeos sistemáticos sobre las ciudades Alepo, Homs y otras, desatando una guerra genocida con 300.000 muertos y 4 millones de refugiados. Por eso el pueblo se vio obligado a armarse contra el dictador. El aliado más firme y que provee armas a Al Assad es Rusia, junto con Irán. El ruso Putin encabeza un régimen capitalista represor. Rusia cuenta con la base naval de Tartus en Siria. Los bombardeos rusos, así como el envío de tanques y “especialistas”, se producen ante el retroceso militar de la dictadura, que sólo controla el 20% del territorio. A esto se sumaría la entrada de tropas iraníes en apoyo a Al Assad.
En el año 2013 las monarquías petroleras de Arabia Saudita y Qatar, con apoyo de Turquía, impulsaron la formación de brigadas militares islámicas, entre ellas el ISIS, para liquidar el proceso revolucionario, temerosos de que la ola revolucionaria llegara a sus países. La falta de una dirección revolucionaria y el odio a Al Assad y al imperialismo, hizo que el ISIS pudiera ganar un espacio tanto en Irak como en Siria. El ISIS encarna un proyecto contrarrevolucionario de reemplazar una dictadura por otra al estilo de los monarcas petroleros.
Lo que muestra que Al Assad no es una “víctima” del imperialismo, sino su aliado, es que los Estados Unidos y la OTAN (Francia, Gran Bretaña y Turquía) dicen estar bombardeando al ISIS y no al dictador. Con ese argumento también bombardean a los verdaderos rebeldes y a la población civil. Al Assad conoce y autoriza las operaciones aéreas. Y ahora se suma Rusia, con la autorización tácita de Estados Unidos.
El imperialismo yanqui quedó debilitado en la región luego del inicio de la revolución árabe en 2011, la caída de viejas dictaduras y su retirada derrotado en Irak. Esto provocó un descontrol regional. Lo que afecta a su agente sionista Israel. Por eso el rol actual de Obama no es “promover el caos”, sino intervenir para tratar de restablecer el “orden” contra las rebeliones populares. Por eso su limitada intervención militar está al servicio de buscar una salida negociada a la crisis de Siria, tratando que el régimen de Al Assad sea parte de esa negociación pero sin el dictador. EE.UU y Rusia empiezan a estar de acuerdo en buscar una “transición” negociada. Por eso también aceptan la intervención rusa. Pero para Putin en la “transición” debería seguir Bashar.
Pese a este brutal ataque en distintos frentes, la revolución popular no ha terminado. Existe lo que podríamos denominar un “tercer frente” de combate. Son miles que luchan en Alepo, en Homs, en Idbis o en los barrios de Damasco contra Al Assad y el ISIS. Son las brigadas del Ejército Sirio Libre (ESL), las brigadas independien- tes, los consejos revolucionarios, los comités locales y las brigadas kurdas.
Sabemos que detrás de las brigadas del ELS y de algunas de estas organizaciones hay influencia política de sectores patronales que integran el llamado Consejo Nacional Sirio (CNS) que, en el exilio, busca una salida política negociada en Ginebra con apoyo de EE.UU y la Unión Europea. Los socialistas revolucionarios apoyamos incondicionalmente a los rebeldes sin que eso signifique dar apoyo político a la conducción político y militar del ELS y de otras brigadas. Debemos dar pleno apoyo y solidaridad a los combatientes para tumbar al dictador y derrotar al ISIS. Es el pueblo el que puede derrotar a ambos. No es fácil, pero es la única alternativa justa para el pueblo y la juventud siria.
En ese marco, Izquierda Socialista y las demás organizaciones de la UIT-CI somos parte de una campaña mun- dial de solidaridad con el pueblo sirio, con el lema “Rompamos el bloqueo a la revolución siria”, acordada en julio en una reunión internacional realizada en Estambul, con organizaciones de izquierda sirias, árabes, europeas y latinoamericanas. Entre las actividades acordadas está la semana de solidaridad que se está realizando entre el 5 y el 11 de octubre en 40 países, por el NO a la dictadura, NO al ISIS y NO a los bombardeos de EE.UU y Rusia.
Nora Cortiñas se suma al pedido de asilo a refugiados
Hemos lanzado una campaña de firmas para exigir al gobierno de Cristina Kirchner que dé asilo a refugiados sirios sin condiciones y por la ruptura de relaciones con la dictadura de Bashar Al Assad. Entre las primeras firmantes se encuentra Nora Cortiñas de Madres de Plaza de Mayo (Línea Fundadora).
El petitorio señala: “Ante la crisis humanitaria de los refugiados en Europa, en especial de origen sirio, y ante las limitaciones impuestas por los gobiernos europeos, los abajo firmantes nos dirigimos por la presente al Gobierno Nacional para que se anulen todas las trabas legales (se exige, por ejemplo, un certificado de buena conducta) y se facilite el inmediato asilo de refugiados sirios y se rompan las relaciones diplomáticas con el gobierno dictatorial de la República Arabe Siria.”
Recientemente la Dirección Nacional de Migraciones flexibilizó uno de los múltiples requisitos, señal de que el sistema de visado dispuesto no está a la altura de la situación crítica que se vive. ¡Sigamos la campaña hasta que caigan todas las trabas y se rompa con la dictadura siria!