Nacido y criado en Dock Sud, a los 11 años de edad se fue a vivir a San Justo. Desde entonces fue un “matancero” por adopción. En la campaña electoral del ´73, Rubén ingresó al PST (Partido Socialista de los Trabajadores) y se puso a disposición del partido junto a un grupo de compañeros, para darle impulso al trabajo político-partidario en La Matanza. En esta regional, Rubén militó en los durísimos años de la dictadura militar, y contaba con orgullo anécdotas que describían cómo hicieron los compañeros en la regional y en el partido para seguir construyendo nuestra organización revolucionaria en circunstancias tan adversas. Fue en esos años, que su hermana Gladys, también militante del PST, sufrió la tortura y luego el exilio interno. Gladys se convirtió luego en una gran referente de la lucha por los Derechos Humanos en la provincia de Neuquén.
Ya entrados los ochenta y dejando atrás los años de la dictadura se puso al frente en la regional matanza del “viejo” MAS, en la difícil tarea de salir de la clandestinidad. Así se fue especializando en lo que más le apasionaba que era el trabajo sindical, años movidos en esa actividad, sobre todo en la UOM, donde a través de agrupamientos amplios se logro en matanza desbancar al miguelismo con la entonces progresiva “lista Marrón”. Rubén fue un entusiasta en nuestra vieja tradición de ir a visitar a compañeros a sus fábricas, contactando delegados e ir conformando las listas. Años importantes para el morenismo, los cuales él recordaba con mucho entusiasmo (Plaza del NO, comisiones internas, estadios repletos, diputados trotskistas, etcétera).
En los ´90 tuvo la posibilidad de estructurarse en Transportes Fournier (línea 86), llegando a la comisión interna luego de una gran lucha en el año 1998 (con huelga y una gran movilización a Plaza de Mayo -ver foto-). Lugar que sus compañeros y el partido supieron defender ante los distintos embates de la burocracia de la UTA, proceso que tuvo que dejar por sus problemas de salud. Ya bastante cansado encontró en el taxi un equilibrio cómodo para su salud y su edad. Inquieto sindicalmente no demoró en hacerse delegado de su parada y organizarse en A.T.C. (Asociación de Taxistas de Capital), en la que en el transcurso de los primeros años fue propuesto para integrar la comisión directiva, siendo este ya su último desafío sindical.
Este trabajo siempre fue acompañado en la lucha por la construcción del partido. En sus últimos años dio un fuerte impulso en Aldo Bonzi, reabriendo allí nuestro trabajo partidario .Con mucha emoción, hace pocas semanas, presentó la inauguración de nuestro local en esa localidad matancera. Rubén era además, desde hace varios años, integrante de la Comisión de Moral de nuestro partido, un organismo integrado por aquellos militantes que pasaron las más difíciles pruebas morales al calor de su intervención en la lucha de clases.
Lo despedimos con un emotivo y nutrido acto-homenaje, lo recordamos con sus chistes, su trato afectuoso, su fanatismo por River y por sobre todas las cosas, como un compañero de fierro, un imprescindible.
¡Compañero Rubén, hasta el socialismo siempre!