Desde 1983 a esta parte, todos los gobiernos denominados “democráticos” vienen pagando y pagando una deuda externa usurera que contrajo la dictadura de Videla y Martínez de Hoz. Con planes de ajuste por más de 30 años, gobiernos radicales, peronistas y ahora el del PRO, UCR y la Coalición Cívica, vienen transitando el mismo camino: destinar la riqueza del país que generan millones de trabajadores a llenar las arcas de los usureros imperialistas. A pesar que el valor original de esa deuda ya se pagó varias veces a lo largo de estos años, de los 40.000 millones de dólares que supuestamente se debían en los 80 (supuestamente, porque la misma se reconoció a pesar de que no tenía asientos contables), se pasó a los más de 300 mil millones actuales.
Prat-Gay está implementando un nuevo canje, emitiendo nuevos bonos, generando una nueva deuda por varios miles de millones de dólares. Todo a través de decretos de “necesidad y urgencia”. ¿Los beneficiados? Los bancos JP Morgan, HSBC, Citibank y otros. Esto es lo mismo que venía haciendo el kirchnerismo: emitir bonos para cubrir los agujeros que iba dejando el “modelo” K. El gobierno anterior reconoció que pagó de contado casi 180 mil millones de dólares y la deuda siguió creciendo.
Esos mismos pasos sigue ahora el nuevo gobierno. Tan afecto es Cambiemos a los canjes y estafas con la deuda, que el actual titular del Banco Central, Federico Sturzenegger, se encuentra procesado judicialmente por los blindajes y megacanjes cuando era funcionario del gobierno radical de la Alianza comandada por De la Rúa-Cavallo (1999/2001).
El kirchnerismo allanó el camino con los buitres
“Estamos dispuestos a negociar a los fines de llegar a un acuerdo justo, equitativo, legal y sustentable con el 100% de los acreedores”. ¿Quién dijo esto? ¿Macri, Prat-Gay? No. Lo coreaba Kicillof y sus seguidores. Scioli lo negó en campaña electoral. Pero mas allá de la campaña “patria o buitres” enarbolada por el kirchnerismo, su voluntad, en caso de ganar, era arreglar con los buitres.
Macri, siguiendo esos pasos (con la única diferencia tal vez con el kirchnerismo en que le hubiera intentado pagar antes), ha declarado en estos días: “Le pedimos al señor mediador que nos ayude para que, más allá de que no hemos hecho tal vez las cosas de la mejor manera, hoy estamos para cerrar el tema, para encontrar una solución y le pedimos que medie en función de que la Argentina tenga un acuerdo razonable” (Página12, 13/01/2016).
El mismo perro con distinto collar. Reclamar que el acuerdo sea “razonable” es un engaña pichanga de aquellos. ¿De qué razonabilidad hablan Macri o antes Kicillof y Cristina si se está hablando de bancos usureros, carroñeros y depredadores?
¡Basta de pagar!
Argentina viene pagando la deuda al 92,4% de los supuestos acreedores tras los canjes kirchneristas. Parte del restante 7,6% ganó el juicio ante el juez Griesa. Ese reclamo con intereses representaría alrededor de 1.800 millones de dólares. Pero si se paga eso no habría ninguna “solución”, ya que el conjunto de los bonistas en default representan un monto de 20 mil millones de dólares. Ese es el monto a negociar, mediante alguna “quita” o verso similar.
El gobierno dice que esto hay que pagarlo sí o sí “para volver a los mercados de capitales sin riesgo y a menor costo y así poder crecer”. ¡Una mentira total! Nunca se ha crecido pagando una deuda externa fraudulenta y usurera. Se dice que hacen falta capitales y se va a seguir emitiendo deuda o pesos para endeudarse cada vez más. Un sinsentido que solo se explica ante un gobierno que prioriza beneficiar con su política, una vez más como se vio en estos años, a los bancos imperialistas.
Repudiamos una vez más el nuevo endeudamiento del gobierno y las negociaciones y posterior pacto con los fondos buitre. Llamando a luchar por la inmediata suspensión de todos los pagos de esa deuda ilegítima y expoliadora, para destinar los fondos a las urgentes necesidades populares. O se paga la deuda con los usureros o se paga la deuda social con nuestro pueblo. Ese sigue siendo el dilema.