Fueron sometidos a ataques abrumadores, incluyendo permanentes bombardeos de centros poblados, como pocos pueblos en la historia. Más de 300.000 muertos y millones de refugiados en países vecinos, centenares de miles intentan entrar desesperadamente a Europa, millones de expulsados de sus ciudades y viviendas dentro de la misma Siria.
Sin embargo, la lucha de su pueblo continúa. Una parte importante de Alepo, la que fuera la más importante ciudad económica del país, barrios de Damasco y decenas de ciudades y pueblos permanecen en manos de milicias populares rebeldes, muchas agrupadas en el Ejército Libre Sirio y otras que casi no tienen centralización. La mayoría expresa la rebelión popular, son unidades formadas espontáneamente por jóvenes estudiantes o trabajadores en cada pueblo para enfrentar la represión genocida.
El viernes 4 de marzo en un centenar de ciudades liberadas de Siria hubo importantes manifestaciones populares con el lema “la revolución continúa”. Una demostración de fuerza increíble del pueblo sirio, que desde hace cinco años es martirizado con barriles explosivos, bombardeos, armas químicas, detenciones y torturas masivas, asedios de hambre a manos de las fuerzas del régimen de Bashar Al Assad y sus aliados, Putin e Irán, por los ataques del reaccionario ISIS (Daesh, en árabe) y por los bombardeos de Estados Unidos y su coalición de 18 países.
El primer responsable de este genocidio es el dictador Al Assad, heredero de una dinastía con 40 años en el poder. Al Assad fue el que inició los bombardeos contra las ciudades rebeldes, primero con misiles y luego con barriles cargados de bombas.
El llamado Estado Islámico, ISIS, es una organización ultrarreaccionaria, armada por las monarquías petroleras de Arabia Saudita y Qatar, aliadas también al imperialismo. El ISIS actúa como “quinta columna”, dividiendo el frente anti Bashar e instaurando su dictadura reaccionaria en regiones antes controladas por sectores populares rebeldes.
Rusia, que tiene una base militar en la costa de Siria, es el principal sostén de la dictadura. Desde el principio enviaba misiles, bombas y otras armas. Ahora, con el pretexto de combatir al ISIS, interviene directamente bombardeando sistemáticamente, en realidad, sobre los rebeldes y la población civil para favorecer el avance de las fuerzas militares de la dictadura. Estados Unidos, que dice oponerse a Al Assad, también bombardea a la población civil con el mismo argumento. Turquía, aliado a Estados Unidos y miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), protege en forma encubierta al ISIS porque su objetivo central es atacar a los kurdos, minoría nacional oprimida dentro de su territorio, y también del norte de Siria.
Todas estas potencias, imperialistas y regionales, no actúan ni actuaron en ningún momento para defender la libertad del pueblo sirio, sino para intentar mantener el “mal menor” de Bashar al Assad y ampliar su propio dominio regional.
Recientemente Rusia y Estados Unidos acordaron una “tregua” militar, que permitiría supuestamente que llegue ayuda a las ciudades sitiadas. Pero la tregua es una farsa porque los bombardeos continúan, con el pretexto de que “la tregua no incluye a los terroristas”. Es decir, la principal función de la “tregua”, pactada en reuniones en Ginebra y Munich, es sostener a la dictadura de Bashar al Assad y llegar a una “solución política” en la que Estados Unidos y Rusia dirijan una “transición” que mantenga a la dictadura y proteja a sus respectivos aliados e intereses.
A su vez, los gobiernos europeos se blindan con todo tipo de leyes que expulsan, roban, encarcelan y criminalizan a los refugiados, mientras las bombas caen sobre el territorio sirio y en Ginebra se prepara un ceremonial para rescatar el régimen de Al Assad. Hay que tumbar todos estos muros y reivindicar el derecho a la libre circulación de todos los que huyen de la guerra y la persecución.
Bajo condiciones extremas y bajo las ruinas, el pueblo sirio intenta construir un futuro de libertad y justicia social que solo será posible con la caída del régimen genocida. En esta lucha tiene en contra a los gobiernos de la región, a las grandes potencias y al ISIS. Sólo les queda la solidaridad de los pueblos, que hasta ahora ha sido mermada por la parálisis de un sector de la izquierda mundial que, o bien da apoyo explícito a Al Assad y a Putin, o bien se abstiene.
Miles de sirios, aprovechando que parcialmente se redujo la acción militar, salieron a movilizarse en las calles en Alepo, Homs y otras ciudades para repudiar a Al Assad y los bombardeos. Mostrando que la revolución sigue vida. En la batalla por Alepo se está jugando el destino del pueblo sirio. Llamamos a los pueblos del mundo a solidarizarse con el pueblo rebelde de Alepo y de toda Siria. Desde la UIT-CI apoyamos a los combatientes y a las milicias rebeldes sin dar apoyo a sus direcciones políticas. ¡Abajo Al Assad! ¡Basta de bombardeos de Rusia y del imperialismo! ¡No al ISIS! ¡Fuera Turquía e Irán de Siria! ¡Unidad de los rebeldes sirios y kurdos! ¡Que los gobiernos rompan relaciones con Bashar Al Assad! ¡No a los muros europeos! ¡Libre circulación para los refugiados!
Unidad Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI), 11 de marzo de 2016.
Pedido de asilo a refugiados sirios
Una comitiva de Izquierda Socialista presentó el viernes 11 un pedido formal para dar asilo sin restricciones a 100.000 refugiados sirios. El pedido, acompañado por varias firmas de personalidades de derechos humanos y dirigentes de un amplio espectro político, fue entregado al ministro Jefe de Gabinete de la Secretaría de Relaciones Exteriores de la Cancillería, Eduardo Varela, quien recibió a la delegación.
La crisis humanitaria que viven millones de refugiados que intentan llegar a Europa es desesperante y exige medidas inmediatas. Argentina tiene gran tradición en acoger desplazados y perseguidos. Sin embargo, las visas a refugiados sirios exigen pautas casi imposibles de cumplir, fijadas por el anterior gobierno a quien le entregamos un pedido similar en 2015 que nunca fue respondido.
Los sirios huyen de las masacres que comete el dictador Bashar Al Assad, de los bombardeos de Rusia y EE.UU. y del accionar de grupos ultrarreaccionarios como el ISIS. Por eso también reclamamos que Argentina y los gobiernos latinoamericanos rompan relaciones diplomáticas y comerciales con la dictadura siria. A 5 años del inicio de la rebelión del pueblo sirio contra el dictador seguimos apoyando su lucha para derribar a Al Assad, que cesen los bombardeos y contra el reaccionario ISIS.