Se llevó adelante el mayor plan de lucha en 15 años. Los más de 30000 docentes, no-docentes y estudiantes que se movilizaron al ministerio de Educación y luego a Plaza de Mayo conmovieron al país. Y forzaron al gobierno a realizar una oferta que se pudiera considerar.
La lucha conquistó paritarias a febrero, terminando con el desfasaje producido por las paritarias a 16 meses que acordaron el gobierno de Cristina y las centrales docentes de orientación kirchnerista. Pero continuó siendo insuficiente el aumento.
Tampoco se le da respuesta a los acuciantes reclamos de salario para los ad-honorem (trabajan gratis), aplicación nacional del Convenio Colectivo de Trabajo, terminar con impuesto al salario, el boleto educativo y el aumento presupuestario para la educación pública.
En estas condiciones, los sectores filo kirchneristas que declaraban “luchar sin tregua contra Macri”, repitieron su accionar durante los 12 años de gobierno K, firmaron la paritaria a la baja. Y lo hicieron en el mismo momento en que se presentó la propuesta.
Conadu Histórica (PCR, PO y el espacio de Baigrorria, CTA-De Gennaro), fiel a su método, realizó asambleas en las asociaciones de base y un plenario de secretarios generales para definir si se aceptaba. En todas las instancias de debate los docentes expresaron que no era suficiente. Con las cuentas en mano repudiaron las declaraciones que anunciaban: “rompimos el techo salarial”. Pero la conducción de Conadu Histórica planteó que había que aceptar, reivindicando el porcentaje ofrecido y llamando a la “responsabilidad sindical” de participar en las reuniones del ministerio para seguir por lo que falta. Es decir, proponían aceptar el chantaje del gobierno que la Conadu Histórica ha denunciado todos estos años. Tanto Cristina como Macri condicionan la participación de las reuniones con el ministro y los fondos de formación docente a la firma de las paritarias.
En la UBA la conducción de AGD (PO) se montó sobre estos argumentos para desarmar el plan de clases públicas que se había votado en la asamblea anterior. Y propuso una marcha para el 15 de junio con el solo objetivo de disimular que estaba dando un cierre al plan de lucha de los últimos meses.
Desde Izquierda Socialista, considerando el ascenso nacional, no solo de los docentes sino de todos los trabajadores, la unidad lograda con los estudiantes, la solidaridad que se vio cada día de lucha y la bronca por las condiciones edilicias, la falta de presupuesto y el salario de miseria, consideramos que se podía ir por más.
Propusimos continuar con el plan de lucha en cada asamblea y reunión de docentes del país. Fuimos acompañados por otras corrientes en esta batalla pero se impuso el peso de las conducciones. De esta forma se perdió una gran oportunidad para avanzar en la lucha contra el ajuste de Macri que, debido a la continuidad del mismo y a que no se modificaron las condiciones laborales de los docentes, seguramente se va a retomar.