La lucha es contra una firma norteamericana, la Seaboard Corporation, que compró el ingenio en el año 1996. La planta está instalada en el pueblo Hipólito Irigoyen, departamento de Oran, Salta. Produce 25 mil hectáreas propias de caña, principalmente de azúcar, de las cuales 1000 usa para semillas y el resto para la producción de azúcar y sus derivados. También produce alcoholes destinados a bebidas, licorería, medicinas, artículos químicos y de limpieza, así como materia prima para pinturas y barnices, exportando el 40% de los alcoholes con destino principalmente a Chile, EEUU, Uruguay y Europa. Entró en el negocio de la electricidad y desde hace unos años es productora de biodiesel. Desde 1996 hasta la fecha ha aumentado su producción de azúcar en un 150% y cuadriplicado su producción de alcohol, además de la venta de energía eléctrica.
Cinco meses de lucha
El conflicto tomó relevancia durante el mes de abril, cuando el Sindicato de Trabajadores Azucareros (STA-CTA) en un comunicado anunció la decisión de la asamblea: parar la producción si la empresa no daba respuesta a sus demandas salariales y de condiciones de trabajo. A esto se sumó la intención de la patronal de imponer turnos relevantes, una estafa que representaría una disminución de cerca del 40% del sueldo. Según explican los trabajadores, la propuesta consiste en una baja en la cantidad de jornales, que pasarían de 40 a 25, con una brutal rebaja salarial.
El pliego de reclamos incluye la reincorporación de un trabajador despedido en diciembre de 2015 sin justa causa, la extensión del tiempo en actividad de los trabajadores temporarios (que actualmente trabajan menos de 10 meses al año), aumentos del escalafón para los trabajadores permanentes, que todos los trabajadores de los sectores esenciales sean permanentes y que se pase a planta a aquellos que han cumplido 25 años de servicio y 60 de edad.
Las negociaciones fueron mediadas por comunicados de la empresa que buscaban debilitar la organización y credibilidad del sindicato, y la utilización de chantajes hacia los trabajadores. Por ejemplo, pagar $75.000 a cada uno a lo largo de cuatro años si aceptaban el turno relevante.
Tanto el STA como la asamblea de trabajadores no dieron el brazo a torcer frente a los aprietes de la empresa yanqui y en el mes de junio la Seabord decidió paralizar la actividad. El lockout patronal fue enfrentado con la toma del ingenio, movilización y corte de la Ruta 50 y el anuncio de un paro programado, medida que fue levantada sin que la empresa volviera a iniciar la producción. A comienzos de julio y con los trabajadores imposibilitados de retomar sus tareas, intervino en el conflicto la Secretaría de Trabajo de la Provincia dictando la conciliación obligatoria.Durante la reunión, el STA rechazó la propuesta de la empresa de acordar una conciliación obligatoria exclusivamente por uno de los turnos. La empresa pasó del 36,6% a ofrecer un 40% de aumento (los trabajadores reclaman $16.363 para la categoría uno), pero sin incluir en su nueva oferta el retiro de la rebaja salarial a partir de turnos relevantes, imposición que para los trabajadores implica la nulidad de cualquier acuerdo posible en el marco de las paritarias.
¡Solidaridad hasta que triunfen!
Actualmente, ya fueron tres las multitudinarias movilizaciones en apoyo a la lucha de los azucareros. Los obreros y sus familias, junto con agrupaciones sindicales y políticas, transmitieron un contundente mensaje a la empresa y su deliberada intención de no ceder a los reclamos de paritarias. Izquierda Socialista expresó su solidaridad acompañando la movilización y corte de la Ruta 50 la semana pasada, y formó parte del acto en la entrada de la planta industrial, donde se exigió el avance en las negociaciones y el retiro de la agenda del turno relevante. Ya son 50 días de lockout patronal y los obreros continúan concentrados en la planta sin percibir sus salarios ni poder trabajar. Exigimos el inmediato retiro del sistema estafador de turnos relevantes, aumento de salario, el cese de los aprietes, chantajes y amenazas de despido hacia los trabajadores, y todas las reivindicaciones. ¡Toda la solidaridad con los obreros del Ingenio Tabacal!