El ministro Prat Gay presentó en la Cámara de Diputados el proyecto de presupuesto para el 2017. Nada bueno surge de allí para los trabajadores. A pesar de las promesas electorales, sigue figurando que los asalariados pagaremos impuesto “a las ganancias”. Los trabajadores del estado recibirán un miserable 17% de aumento. Sus salarios no sólo perderán por la inflación de 2016, sino que quieren darles otro zarpazo el año próximo.
Lo único que crece es el endeudamiento. El proyecto autoriza al gobierno a aumentar la deuda en hasta 43.000 millones de dólares. El ministro Prat Gay ya anunció que la Argentina saldrá a buscar nueva deuda en el exterior por alrededor de 17.000 millones de dólares. Algunos economistas cercanos al gobierno calculan que será más aún, en un monto cercano a los 20.000 millones. El resto será financiado con letras y bonos colocados dentro del país, lo que no quiere decir que luego no haya que pagarlos. En concreto: en 2017 seguirá el festival de endeudamiento astronómico de este año que, entre nación y provincias, incrementó la deuda en casi 40.000 millones de dólares.
Algún compañero podrá pensar que, al menos, entrará algo de dinero que podrá usarse para reactivar la economía. ¡Nada de eso! Ni uno sólo de estos dólares de nueva deuda servirá para resolver ninguna de las necesidades populares. Una parte será para cubrir el bache del déficit fiscal generado por la eliminación de las retenciones a los monopolios agroexportadores y a las mineras. Y lo sustancial servirá para pagar vencimientos de deuda anterior (como fueron los 9.000 millones en efectivo que se abonaron a los fondos buitres en el mes de abril de este año) y para financiar una fenomenal bicicleta financiera al servicio de las grandes empresas y bancos. Los dólares formalmente “entran”, pero al mismo tiempo “salen” en concepto de “remisión de utilidades” de las filiales de transnacionales a sus casas matrices, o lisa y llanamente de fuga de capitales. Lo único que “queda” en el país es la deuda que se deberá pagar al vencimiento.
Así la deuda aumenta y crece lo que debemos pagar cada año, ajustando de otros rubros, y aunque una parte de los vencimientos se refinancie - generando a la vez nueva deuda - cada vez es mayor el monto de lo que se debe cancelar “en efectivo”, fundamentalmente de intereses.
Por todo esto, en 2016 terminaremos pagando 13.500 millones de dólares en ese concepto. Pero el año próximo ese monto aumentará a 16.000 millones de dólares. Este número es casi el 11% del total del presupuesto, un número apenas menor de todos los sueldos sumados que paga el estado en el año al conjunto de sus empleados. Es el doble de la partida asignada al Ministerio de Educación (5,5%) y cinco veces el monto a disposición del Ministerio de Salud (2%). ¡Imaginemos la cantidad de problemas que se podrían resolver con toda esa plata!
Resumiendo: Macri terminará 2016 habiéndonos endeudado en 40.000 millones de dólares (sumando nación y provincias). Y en el nuevo presupuesto tiene “autorización” para otros 40.000 en 2017 (más allá de cuál termine siendo el número final). Su programación financiera, a su vez, planifica más deuda aún para 2018. Todo a tasas del 6% en dólares que duplica la deuda cada doce años (un negocio total para los acreedores, ya que en Estados Unidos y Europa la tasa está casi en 0%). Mientras, cada año se acumulan vencimientos y mayor cantidad de dinero será destinado al pago en efectivo de intereses.
El monto “oficial” de endeudamiento ya es de 245.505 millones de dólares (a junio de 2016). Pero este número no contempla otros rubros como las deudas de las provincias, el cupón PBI que se debe pagar cada año que el país crezca más que el 3,2%, ni el fabuloso endeudamiento en Lebacs del Banco Central. Todo esto sumado da una cifra superior a los 400.000 millones de dólares. Y sigue creciendo cada día más.
Los trabajadores no tenemos futuro con esta bola de nieve imparable. Es lo mismo que viene pasando desde hace 40 años. Por eso nos reafirmamos en plantear la única propuesta posible, la que está escrita en el programa del Frente de Izquierda: dejar de pagar ya esta ilegal e inmoral deuda externa y usar todos esos recursos para resolver las urgentes necesidades populares de trabajo, salario, salud, educación y vivienda.
¿Qué se podría hacer con la deuda?
Este año la partida destinada a pagos de deuda prácticamente se duplicó, superando los 200.000 millones de pesos (13.500 millones de dólares). Con ese monto de dinero se podrían refaccionar 53 de los 79 hospitales bonaerenses que se encuentran en estado deplorable (según denuncia la Cicop). O se le podría otorgar un aumento de 2.500 pesos al 90% de los jubilados que cobran por debajo de la canasta básica alimentaria. O podría otorgarse un aumento de más del 60% a todos los empleados públicos (y aún sobraría plata). Podríamos seguir sumando ideas; pero lo cierto es que esa plata se usa para pagarles a los bancos usureros.