Se trata de la primera querella por trata presentada por una víctima en Argentina. Pedro Montoya e Ivana García, dueños del local, fueron imputados por trata de personas con fines de explotación sexual, y la encargada Lucy Campos fue imputada por complicidad. Los proxenetas y la municipalidad también enfrentan una demanda civil mediante la cual se exige una reparación económica para la víctima.
Pese a las amenazas para que desistiera de declarar, Kinan asistió al juicio y narró las brutales golpizas y torturas que sufrió durante años. Izquierda Socialista manifiesta su solidaridad con Kinan y todas las víctimas de las redes de trata y explotación sexual y responsabiliza a los gobiernos por su complicidad con estas mafias criminales.