Mouchine Fikri, de 31 años, era un vendedor de pescado en la ciudad Al Hoceima, en el norte de Marruecos, país árabe del norte de África. La policía secuestró su mercadería ya que no está permitida la pesca de pez espada. En la noche del 28 de octubre Fikri, desesperado, se trepó a un camión de basura para recuperar los 500 kilos de pez espada confiscados. La compactadora de basura comenzó a funcionar y el pescador murió aplastado.
El trasfondo de este drama es la desocupación masiva, por la que salieron decenas de miles de indignados a la calle a denunciar a la monarquía, reviviendo todos los fantasmas de la llamada “primavera árabe” que en el 2011 derrocó a las dictaduras de Túnez y Egipto.