La aerolínea que realizaba el viaje, LAMIA, es una turbia empresa ligada al gobierno venezolano. Fundada en 2009 para operar rutas internas en Venezuela, nunca voló en dicho país, hasta establecerse en Bolivia en 2015 y ofrecer servicios de vuelos charter. El dueño de la empresa es Ricardo Albacete, cuyos vínculos con varios gobernadores chavistas son públicos, además de ser señalado como testaferro en el estado Español de un magnate chino detenido en Pekín por corrupción, Sam Pa. Albacete también fue enjuiciado por estafa en Venezuela.
Lamentamos profundamente esta verdadera tragedia, a la vez que exigimos que la investigación establezca la responsabilidad de estos empresarios delincuentes que trafican y hacen negocios capitalistas con la vida ajena.