Desde Izquierda Socialista nos solidarizamos con la familia de Brian y exigimos justicia. Pero afirmamos que la cuestión no se resuelve con bajar la edad para encarcelar a un pibe. Los adultos que usan a niños para delinquir, y que cuentan con la complicidad de las cúpulas policiales para las redes de trata, drogas y desarmaderos, no harán sino utilizar a niños de menor edad como ocurre en otros países donde ya se ha bajado la edad de punibilidad.
El debate debe centrarse en el estado de vulneración y precarización de las condiciones de vida en general y en particular de los niños, niñas y adolescentes. Un estudio de Rosario mostró que casi la totalidad de jóvenes de 16 a 18 años encerrados en un instituto de “rehabilitación” pertenecían a barrios periféricos, y el 83% no habían terminado la escuela primaria. En nuestro país el 48% de la niñez es pobre, 3 millones de hogares carecen de vivienda digna, 50% de los adolescentes no termina la escuela secundaria. No hay programas deportivos ni culturales gratuitos para todos.
Un sistema económico y social que aumenta la pobreza y la desigualdad, que priva de trabajo genuino y de oportunidades a millones de trabajadores, arroja a miles de adolescentes a las redes delictivas y de narcos. Los adolescentes que incurren en algún delito son entonces recluidos en institutos en condiciones infrahumanas y de violencia. Entre 2004 y 2014 murieron 58 niños y adolescentes en institutos de menores, comisarías y otras instituciones de encierro en el país (colectivociajpp.wordpress.com). Sólo en 2015, en 20 días ocurrieron dos muertes en incendios. Muchos niños que sufren extrema vulneración de derechos son extraídos de su núcleo e internados en “centros abiertos”. Un alto porcentaje, desvinculado de núcleos socioafectivos y sin propuesta de inserción laboral, a los 18 años quedan en la calle expuestos al círculo del delito para sobrevivir. Los distintos gobiernos patronales no han hecho nada para romper ese ciclo.
¿Cómo enfrentar el problema?
El 11 de enero de 2017 y con el auditorio de ATE repleto de organizaciones sociales y trabajadores de la niñez se realizó el encuentro “No a la baja”. Se acordó llamar a crear una campaña nacional contra la baja en todas las provincias y realizar un segundo encuentro el 1 de febrero, difundiéndolo en los lugares de trabajo, barrios y redes sociales. Apoyamos esta iniciativa.
La solución al problema de la criminalidad, que afecta principalmente a los trabajadores y habitantes de los barrios populares, no pasa por criminalizar a la niñez ni aumentar la cantidad de policías o militarizar las calles. La verdadera solución pasa por derrotar las políticas de ajuste que aumentan la miseria; por exigir pleno empleo y salarios dignos; por combatir la corrupción policial y judicial que se asocia a las mafias criminales; por promover la autoorganización y autodefensa popular para expulsar la delincuencia de los barrios.