Esto ha generado un repudio masivo de los maestros contra Macri y Vidal, potenciando la fuerza del reclamo. El macrismo ataca a los docentes, tal y como Cristina y el kirchnerismo lo hicieron durante una década, destruyendo el salario y la escuela pública mientras, con su doble discurso, decían que crecía el presupuesto educativo.
Ahora Macri, Vidal, Larreta y Schiaretti, evitan entrar en el verdadero debate de la escuela pública. Ocultan que muchas escuelas se caen a pedazos, que faltan vidrios, los baños están rotos, no hay luz ni agua, no hay internet. Faltan aulas, escuelas y jardines. Muchos chicos irán, otra vez, a clases con hambre, mientras se recortaron los cupos de comedores y el monto por alumno destinado a la comida es miserable, entre 4 y 12 pesos, según la provincia. El gobierno no dice que falta nombrar miles de maestros y preceptores y que empezar las clases así significará que millones de chicos pasarán horas sin clases. Que a los jubilados docentes, al pagarle el gobierno cifras en negro, se les reduce su jubilación. Y que, pese a haber hecho aportes más altos mientras trabajaban para tener el 82% móvil, el gobierno les confiscó los fondos de las cajas previsionales y los pasó al Anses, bajando su jubilación. Que a los maestros, pese a que les descuentan mensualmente compulsivamente para las Obras Sociales provinciales, les cortan la cobertura y deben pagar internaciones y tratamientos costosos.
Macri y Vidal dicen “horrorizarse” por algunos días de paro y amenazan con descuentos, pero no dicen que los chicos pierden un promedio de 30 días de clase por año por problemas de infraestructura en las escuelas, falta de luz o agua, o sea por responsabilidad del gobierno.
Como escribió una maestra de años en la docencia: “desprestigiar la figura de los maestros es un arma que he visto usar sistemáticamente a todos los gobiernos de turno. Acusarnos de vagos y parásitos cada vez que reclamamos y salimos a las calles a defender nuestros derechos.Pero tiene un costo demasiado alto. ¿Cómo dejar luego a los alumnos en manos de estos seres innobles y vagos que toman de rehenes a las criaturas? ¿Cómo se remontan estos dichos para reponer la figura del docente como adulto que sostiene, guía, andamia, enseña, acompaña a los niños en los aprendizajes sociales? Pero... ¿Quién hablará de la educación cuando no haya paro?”
Llamamos a todos los trabajadores, jóvenes y sectores populares, a apoyar con fuerza la lucha docente. Porque son ellos, no los gobiernos, los que sostienen y defienden día a día la escuela pública y la educación de nuestros pibes.