Luego de varias amenazas, el viernes 7 de abril un enorme operativo policial, dispuesto a hacer cumplir la orden de desalojo, terminó con la ocupación de la fábrica AGR-Clarín. Los obreros, que enfrentaron los despidos y el vaciamiento de una poderosa patronal como Clarín en un conflicto difícil, decidieron en asamblea seguir acampando en la puerta de la fábrica para evitar una represión mayor que golpee aún más a las familias de los trabajadores. Nuestro partido, como desde el primer día, estuvo nuevamente apoyando la lucha. Conscientes de que la conducción es ejercida por el PO y su agrupación Naranja Gráfica, nuestro apoyo es incondicional a la lucha obrera, porque ratificamos que hace falta unir al sindicalismo combativo y a la izquierda y porque ponemos todas nuestras fuerzas para que las luchas se ganen.

Sin dudas el desalojo fue un golpe para el conflicto y para miles de luchadores que los venimos apoyando. Frente a este retroceso, lejos de querer dar lecciones a los trabajadores que desarrollaron una lucha heroica, sí queremos volver a denunciar que la burocracia kirchnerista de la Federación Gráfica Bonaerense jugó con todo para aislar la ocupación de AGR. Fue clave la política hacia el gremio, tanto hacia la base como hacia su conducción, como eje central en el curso del conflicto. Porque es con la base de todo el gremio gráfico que se puede torcerle el brazo a la patronal y al gobierno, como señalamos en El Socialista 340 (“Las voces de los trabajadores”) y 341 (“Sigue la ocupación de AGR”). Y es la conducción burocrática del gremio la que traicionó la lucha, ratificando que el kirchnerismo nunca fue consecuente en su enfrentamiento a la patronal de Clarín (Ver ES 340: “Boicot kirchnerista a la lucha de AGR: ¿Te acordás de ‘Clarín miente’?”).

Nuestros dirigentes apoyaron sistemáticamente la lucha durante estos tres meses. Nuestros diputados Giordano, Marrone y Schlotthauer estuvieron en las acciones de lucha y colaboraron con el fondo de huelga. Así como los ferroviarios del Sarmiento, que hasta realizaron asambleas por sector para que los obreros expliquen de primera mano la lucha a la base ferroviaria y también aportaron económicamente para enfrentar los despidos. Nuestros compañeros Jorge Adaro con los docentes de Ademys, Pablo Almeida con los estatales del Ministerio de Economía y Viviana Carranza con la oposición telefónica, no solo impulsaron el fondo de huelga y hablaron en los plenarios de trabajadores convocados en la puerta de la fábrica, logrando que luchadores de otros gremios apoyaran activamente a AGR.

Al colocar el eje del conflicto en la disputa hacia la base del gremio gráfico, con políticas de denuncia y exigencia hacia la burocracia sindical de la Federación Gráfica Bonaerense, desde Izquierda Socialista polemizamos abiertamente con las intervenciones y los balances que realizan corrientes como el PTS y el MST. Estas corrientes coincidieron en ningunear al gremio gráfico y colocar siempre el eje de la política para romper el aislamiento del conflicto en realizar “acciones más contundentes” fundamentalmente con cortes de autopistas y avenidas, garantizados por la militancia de la izquierda y alejados de la base del gremio gráfico, lo que no resolvía la correlación de fuerzas en la clase trabajadora para torcerle el brazo a la patronal y al gobierno. No es la primera vez que debatimos esto. Ya en el 2014 en el conflicto de la fábrica Lear de zona Norte tuvimos esta polémica contra posiciones alejadas de la base obrera que llevaba adelante el PTS (Ver ES Nº 282 “Lear, conclusiones de una lucha obrera”).

En otra etapa, la lucha contra los despidos continúa. El miércoles 12 de abril, cuando el Ministerio de Trabajo nuevamente se negó a recibir a los obreros, nuestra diputada Marrone intercedió para intentar lograr una entrevista frente a un nuevo operativo policial que la impidió. Pese a las dificultades, nuestro partido seguirá firme junto a los obreros de AGR, por su reincorporación y enfrentando a la represión.