Los medios y periodistas oficialistas hablan de una supuesta “fortaleza” del gobierno, a partir de la marcha a su favor del 1A. Pero para nosotros la respuesta es diferente. ¿Acaso el gobierno logró derrotar a los que salían a pelear e hizo que se fueran a su casa aceptando resignadamente el ajuste? ¿Acaso hay una corriente mayoritaria que tiene confianza que si el gobierno aplica el ajuste, luego la economía “florecerá”? No sucede ninguna de estas cosas. Por el contrario, la bronca de los trabajadores contra el gobierno sigue en ascenso. También la no resignación a ser los patos de la boda del ajuste en curso, sea quien sea que lo aplique, como se ve en las movilizaciones en Santa Cruz.
La realidad es que si la ola de luchas hoy entró en un impasse es debido a que las direcciones sindicales la pusieron en el freezer. En primer lugar la dirección de la CGT. Recordemos que el paro fue impuesto por la bronca de los trabajadores. En la misma semana del paro general varios dirigentes importantes se mostraban con Macri en acuerdos sectoriales y viajes (tal los casos de Lingeri y Gerardo Martínez). Después del paro, plantearon que era la hora del “diálogo” y que iban a esperar la convocatoria del gobierno. Cuando la semana pasada finalmente se reunió el consejo directivo de la CGT, en vez de debatir cómo seguir la pelea contra el ajuste plantearon la realización de un acto en un estadio cerrado para el 1° de Mayo y la convocatoria a una charla con especialistas en la temática social para el día siguiente. Para peor, todo terminó en un sainete con acusaciones cruzadas que incluyeron hasta las relaciones de Facundo Moyano con Susana Giménez. Lo concreto es que siguieron los contactos y reuniones con el gobierno, como la de los gremios del transporte con el ministro Triaca, tras la cual Mario Caligari, número dos de la UTA, ofició de vocero dejando claro que “desestimamos la posibilidad de que la CGT pueda convocar en el corto plazo a una nueva medida de fuerza de orden nacional. Apostamos al diálogo con el gobierno” (Ambito Financiero, 24 de abril).
La CTA también colabora con el parate de las luchas, en particular con su responsabilidad al frente de la Ctera, que terminó levantando los paros nacionales y reemplazándolos por una carpa itinerante en plaza Congreso, quedando las luchas provinciales abandonadas a su propia suerte. Yasky no repudió la represión en Santa Cruz.
No se nos escapa que esta inacción de las direcciones de las centrales sindicales está relacionada con una oposición patronal, mayoritariamente peronista –Frente Renovador de Massa y peronismo K- que está dejando pasar el ajuste. Ya sea porque directamente comparten su ejecución, tal es el caso de los gobernadores, o bien porque se juegan a canalizar todo en la salida electoral.
Es claro que con estos dirigentes sindicales no vamos a lograr derrotar el ajuste de Macri. Necesitamos urgentemente barrer a la burocracia y construir una nueva dirección para el movimiento obrero. Es la principal tarea que tiene el sindicalismo combativo. Este proceso ya se ha iniciado. Desde hace tiempo que vienen surgiendo nuevos dirigentes en los cuerpos de delegados, las comisiones internas, las listas opositoras a la burocracia e incluso en algunos casos ganando seccionales o sindicatos (como los ferroviarios del Sarmiento, los Sutebas multicolores, la actual conducción de ATEN Capital, la Cicop o el Sutna). Hoy más que nunca es necesario coordinar todo eso para fortalecer las luchas y apoyar el surgimiento de nuevos dirigentes combativos. Por eso creemos que ha sido un paso muy importante el que se ha dado a partir de las dos reuniones convocadas por los ferroviarios del Sarmiento en Haedo, que contaron con una muy importante representatividad, plasmada en el documento que se firmó (ver página 8). Esto servirá para apoyar y fortalecer las luchas en los gremios que siguen en conflicto contra el ajuste de Macri y los gobernadores, exigiendo desde abajo un paro de 36 horas y un plan de lucha. También para apuntalar en las próximas semanas a los compañeros que se aprestan a dar la pelea a la burocracia por la conducción de sus gremios, como es el caso de la Multicolor en Suteba o la Granate Blanca en Foetra Buenos Aires.
Se trata, entonces, de la fundamental tarea de construir una nueva dirección para la clase trabajadora. A la que hay que sumarle la necesaria construcción de una alternativa política contra los partidos patronales del ajuste. Por eso tenemos que realizar un gran acto del Frente de Izquierda y los luchadores el 1º de mayo en Plaza de Mayo.