Luego de sucesivas jornadas de marchas y cortes, Alicia Kirchner no ha regularizado el pago de los salarios y las jubilaciones. Mientras el gobierno nacional ofrece ayuda económica a cambio de más ajuste, los trabajadores y jubilados siguen movilizados. El lunes 24 un fuerte paro sacudió la provincia. Santa Cruz es una provincia saqueada por los Lázaro Báez, las petroleras, las mineras y los empresarios del juego, mientras los trabajadores y jubilados acampan y marchan reclamando el pago de sus ingresos. La semana pasada Río Gallegos ha sido epicentro de miles que se movilizaron bajo la consigna “Salarios, Educación, Salud y Justicia”.

El viernes 28 diversos gremios acompañados por padres autoconvocados realizaron un piquete en la ruta 3, a la entrada de la ciudad. A diferencia de otros años donde el gobierno se valía de los padres para tratar de romper la huelga docente, este año se han agrupado en la Asamblea de Padres que funciona semanalmente en el gimnasio del colegio Guatemala donde estudió Néstor Kirchner, votando acciones de lucha y de solidaridad. Hasta el obispo de la provincia salió a pedir “por paritarias”. Y este 1° de Mayo hubo un acto unitario en apoyo a esta gran lucha donde habló nuestro dirigente docente y de Izquierda Socialista, Luis Díaz.

Los docentes nucleados en Adosac votaron 96 horas de paro para esta semana, los jubilados siguen su acampe frente a la Caja de Previsión y los judiciales ocupando Tribunales. Aquellos trabajadores que van cobrando sus salarios lo hacen de forma parcial y con retraso de un mes, percibiendo el 73% del sueldo de marzo sin el aumento pactado en 2016.

Los repudios a los políticos responsables de este saqueo están a la orden del día. Un grupo de vecinos expresó su bronca en El Calafate a la ex presidente Cristina Kirchner, con un cacerolazo. Fue la primera vez que Cristina recibe la bronca de la gente en “su lugar en el mundo”, la segunda ciudad de la provincia. El gobierno contestó con represión. Y a Carlos Zannini lo enfrentaron trabajadores en lucha entrando al banco de Santa Cruz.

En ese marco repudiamos la agresión sufrida por el docente de Adosac Caleta Olivia, Osvaldo Mazo, fruto de la intolerancia generada por un gobierno que intenta enfrentar a trabajadores entre sí.

Luego de 26 años de peronismo kirchnerista en la provincia, Alicia, de apellido Kirchner, responsabiliza por la crisis a “la herencia recibida”. Una caradurez total. Este hecho fue denunciado por nuestro diputado nacional Juan Carlos Giordano la semana pasada en una sesión en el Congreso: “mientras el Frente para la Victoria posa de “apoyar” a los docentes en Buenos Aires en Santa Cruz aplica el ajuste al mejor estilo Macri ofreciéndoles el 3% de aumento cuando piden el 40%”.

El “plan serio” es más ajuste

Macri condiciona cualquier “ayuda” a un “plan serio” o, como le llaman, un “plan de adecuación fiscal” en una “mesa de diálogo”. Pero lo que quieren es un mayor ajuste: la liquidación de la caja de jubilaciones (aumentar la edad jubilatoria y el 82% móvil), despidos y un endeudamiento que pagará el pueblo. Cuando lo que hay que hacer es cobrarle un fuerte impuesto a las petroleras, mineras y gasíferas para sacar la plata ya de manera urgente y pagar los salarios y jubilaciones con el aumento que piden los que luchan.

Alicia no está sola en el ajuste. “Si el gobierno avala el plan de adecuación pasará al ámbito de la mesa de diálogo que estará integrada por el FpV, el PJ, la UCR, Encuentro Ciudadano y el Frente Renovador. Para la gobernadora sería un modo de compartir el costo político de las reformas” (Clarín, 28/04). ¡Todos están con el ajuste y por salvar a la gobernadora K!

Hay que seguir la lucha en forma coordinada. Llamamos a un plan de lucha unificado entre la MUS (docentes, estatales, judiciales, jubilados), la CTA y que se sume la CGT con los viales, petroleros, municipales, comercio y otros gremios. Con unidad se le puede torcer el brazo al ajuste de Alicia que también apoyan Macri y demás políticos patronales.

Izquierda Socialista reclama que el gobierno nacional envíe los fondos necesarios ya, sin condicionamientos. ¡Qué la crisis la paguen quienes la provocaron, no los trabajadores!