La otra cara del sistema son los jueces, ellos no tributan ganancias, cuando perciben salarios en bruto que van desde los 150.000 pesos para jueces de primera instancia, a cerca de 270.000 pesos para los jueces de la Corte Suprema, un beneficio que genera gran indignación entre el pueblo trabajador.
En 2013 en una causa en la que un jubilado había tramitado un pedido de no pago del tributo por vía de un amparo, los jueces rechazaron la pretensión y dijeron que el diseño de un impuesto es decisión del Poder Legislativo, además de advertir que no se había definido en la demanda cuál era el daño, para evaluar si se vulneraban o no derechos constitucionales. Los jueces patronales sí consideran dañoso tributar ganancias. Un absurdo.