Cristina hizo un análisis descarnado del macrismo, presentándolo como un gobierno ajustador y hambreador. Afirmó: “Hay que revisar la deuda. En un año y medio se contrajo 97 mil millones de deuda, más del doble que durante toda la dictadura” y “hemos vuelto al peor de los mundos”. También se refirió al flagelo del desempleo, debido a las políticas de ajuste macrista. La ex presidente se mostró además preocupada por la situación de los jubilados: “Van a venir por el sistema jubilatorio, es una vieja receta del FMI que ya se aplicó en Europa”.
Se trata de un diagnóstico que, en términos generales, podríamos compartir. Pero el problema es que Cristina ya gobernó. Y cuando lo hizo pagó en efectivo 225.000 millones de dólares en concepto de deuda externa. Más aún, nos decían que “nos desendeudábamos”, mientras el monto total seguía creciendo. Fue Axel Kicillof, el último ministro de Economía de Cristina, quien arregló el pago de los juicios pendientes con el Ciadi, con el Club de París y quien aceptó pagarle una supuesta deuda a Repsol por la estatización de YPF. Con respecto al desempleo, no es cierto que “nació” con este gobierno, que ciertamente lo profundizó. Es mentira que ella dejó su gobierno con apenas el 5,9% del desocupación. Ese número, como tantos otros (pobreza, inflación) estaba totalmente falseado por la intervención al Indec que realizó el kirchnerismo, patota de Guillermo Moreno mediante. Pero agreguémosle que durante su mandato un tercio de los trabajadores estaba tercerizado y casi un 40% en negro, dándose la escandalosa situación que el Estado fuera uno de los principales precarizadores. Y con respecto a los jubilados y su preocupación por el actual vaciamiento de sus cajas, no debemos olvidar los miles de millones de dólares del Fondo de Garantía de Sustentabilidad que, perteneciendo a los jubilados, se utilizó para pagar vencimientos de deuda, mientras se vetaba el 82% móvil con la excusa de que “no había fondos suficientes”.
En síntesis, Cristina gobernó con Milani, la corrupción de Lázaro Báez, Cristóbal López y los privilegios a las megamineras. No puede ponerse de ejemplo contra Macri.
Santa Cruz: ¿y por casa cómo andamos?
Que el macrismo está implementando un brutal ajuste no hay ninguna duda. Pero la realidad es que éste se complementa con el que a la vez vienen llevando adelante los gobernadores. Hablando de los ajustes provinciales, ninguno es más brutal que el que se hace en Santa Cruz. A los trabajadores no sólo se les ofrecen migajas en las paritarias, sino que aún se les adeudan salarios de meses anteriores, mientras a la vez se avanza en exenciones impositivas a las petroleras y gasíferas de la provincia.
¿Cómo pelear contra el ajuste?
Algún compañero podrá pensar que todo lo anterior es cierto, pero que hoy lo más importante es la pelea actual contra las políticas macrista. Pero, aún en ese terreno, fueron los propios senadores y diputados del Frente Para la Victoria los que le garantizaron con su voto las principales leyes que requería el gobierno de Macri.
La propia Cristina lo tuvo que reconocer: “el Frente para la Victoria no ha estado a la altura de las circunstancias en lo que hace a votar leyes que perjudicaron al pueblo. Alguien va a tener que dar cuenta de las consecuencias como la llamada reparación histórica de los jubilados o la toma de deuda, que fueron aprobadas en el Congreso con el apoyo de sectores del peronismo”. Nuevamente se trata de una afirmación correcta, pero, ¿qué propone de ahora en más? Su respuesta es “construir la unidad para frenar la política económica del gobierno nacional”. ¿Unidad de quién y con quién? También lo dejó muy claro: con el conjunto del peronismo.
La experiencia de este año y medio de macrismo demostró con creces que las distintas variantes del peronismo, esas que Cristina se propone unir, fueron las que cada cual con su rol permitieron que pasara el ajuste. Senadores y diputados, bajo el sello del Frente Para la Victoria, del Bloque Peronista de Bossio u otras denominaciones, burócratas sindicales de la CGT y la CTA, todos, en síntesis fueron cómplices, cada uno en su rol, de que pase el ajuste macrista.
Por todo esto estamos convencidos que la salida es otra: fortalecer al Frente de Izquierda, porque sin medias tintas nos opusimos a todas y cada una de las medidas de este gobierno y apoyamos incondicionalmente a quienes salieron a enfrentarlas. Y porque planteamos además un auténtico programa de emergencia para resolver los problemas de la clase trabajadora, que comienza por dejar de pagar ya mismo la inmoral e ilegal deuda externa, para poner todos esos recursos al servicio de generar trabajo, educación, salud y vivienda para todos.