Sergio Massa del Frente Renovador y Margarita Stolbizer del GEN, lanzaron su espacio,“1 País en el estadio DirectTV Arena de Tortuguitas. Su estrategia electoral es que Massa le pegue al kirchnerismo, así intenta borrar su pasado como funcionario de Néstor y Cristina Kirchner; y que Stolbizer, quien se define como de “centro izquierda”, cuestione a Macri con la inflación, los bajos salarios y los casos de corrupción. Su objetivo es, en el marco de la polarización, mostrarse como una opción“distinta”. Lo cierto es que este espacio del cual forma parte Carlos Acuña, uno de los burócratas del triunvirato cegetista, y al que también pertenecía hasta hace una semana Héctor Daer, otro de los triunviros (ahora con Randazzo), le garantiza a Cambiemos llevar adelante el ajuste, lo mismo que el resto del PJ y el Frente Para la Victoria.

Es increíble que, al hacer un acto en tierras bonaerenses ni Massa ni Stolbizer nombraron ni una sola vez a la principal responsable del ajuste en esa provincia: la gobernadora María Eugenia Vidal. ¿Cómo se les puede creer que son una alternativa si no realizaron ninguna crítica contra la máxima responsable de que los docentes tengan que soportar un aumento salarial por debajo de la inflación?

Lo cierto es que es coherente con la posición que mantuvo este espacio. Cuando el país estuvo cruzado por luchas y movilizaciones contra las paritarias de hambre y las condiciones de flexibilización que quiso imponer el gobierno, ni Massa ni Stolbizer se posicionaron a favor de los trabajadores, jamás se les escuchó una palabra de apoyo a la huelga docente. Con su silencio cómplice aportaban a que el macrismo continuara ajustando. Por eso no se puede creer en estos políticos patronales.

Massa, que triunfó en la provincia de Buenos Aires en el 2013, colaboró con sus diputados y senadores para que Vidal y Macri, en los parlamentos nacional y bonaerense, pudieran aprobar todas las leyes que quisieran. Por supuesto que los legisladores del PJ y el FpV también ayudaron. El pago a los fondos buitres y el presupuesto nacional del año pasado son los ejemplos más claros de que estos sectores, más allá del ataque verbal, ayudan a Cambiemos a pasar el ajuste. También votaron a los jueces que después aplicaron el fallo del 2x1 a los genocidas. “Hay que dejar de andar perdiendo el tiempo en discusiones sobre temas del pasado”, dijo al respecto Massa.

Por si fuera poco, la burocracia sindical tiene bancas en este espacio. Desde que Macri asumió, lo único que hicieron fue criticarlo demagógicamente, pero al final hicieron prevalecer la tregua. “Hay que derrotarlo en las urnas”, se cansaron de repetir, para argumentar por qué no llamaban a un paro general en medio de tantos conflictos y un ajuste brutal.

El equipo económico de “1 País” tiene varios personajes conocidos. Los economistas Roberto Lavagna y Martín Redrado vociferan grandes soluciones para la economía. No hay que olvidarse que ya fueron funcionarios con el kirchnerismo (ahí los conoció Massa). Pero sus currículums vienen de antes. Redrado empezó como presidente de la Comisión Nacional de Valores con Menem, luego fue secretario de Comercio y Relaciones Económicas con Duhalde y Néstor Kirchner, y presidente del Banco Central también con Néstor. Lavagna fue ministro de Economía de Duhalde y de Néstor. Ellos, los implementadores de ajustes contra el pueblo trabajador en todas esas ocasiones, ahora aparecen como los impulsores del plan “bajemos los precios”, una fantochada sin sustento que no ataca el corazón del problema inflacionario: pura demagogia. El empresario Ignacio De Mendiguren es otra de las figuritas que más sobresale. Mendiguren fue presidente de la Unión Industrial Argentina: en todo su mandato quiso imponer salarios a la baja y flexibilización laboral, negociando con las distintas vertientes de la burocracia sindical.

Políticos que estuvieron con todos los gobiernos, burócratas sindicales traidores y empresarios explotadores: nada bueno se puede esperar de este espacio, que busca capturar “la ancha avenida del medio” entre kirchneristas y macristas. La salida de fondo es la que levanta el Frente de Izquierda, que enfrenta a las patronales, que ha puesto sus bancas al servicio de las luchas para que la crisis no la paguen los trabajadores.

Martín Lousteau: ¿Opositor a quién?

Martín Lousteau busca ocupar el lugar de principal fuerza opositora en la Ciudad de Buenos Aires. Lo que resulta muy difícil es comprender a qué y a quién se opone. Porque se lanzó por su cuenta luego que se le negó la posibilidad de participar de la interna de la coalición oficialista Cambiemos. Lousteau reclamaba ese derecho, ya que venía de ser embajador del gobierno de Macri en los Estados Unidos.

No es la primera “ambivalencia” de Lousteau. Recordemos que fue ministro de Economía de Cristina Kirchner y autor de la célebre resolución 125 que dio origen al conflicto agrario de 2008. Años más tarde, sin aclarar si reivindicaba o no su pasaje por el kirchnerismo y ni siquiera qué pensaba de aquella resolución, “apareció” en el macrismo, de la mano de Lilita Carrió, que ahora acaba de defenestrarlo.

Si algo le faltaba a su deslucida candidatura es que es apoyada por el sector que conduce el radicalismo de la Ciudad de Buenos Aires cuya máxima figura es Emiliano Yacobitti, ex líder de la Franja Morada e implicado en cuanta maniobra de corrupción haya existido en la Universidad de Buenos Aires en los últimos diez años.

Guido Poletti

Florencio Randazzo… y sus amigos

El ex ministro del Interior y Transporte durante el kirchnerismo, Florencio Randazzo, anunció que competirá en territorio bonaerense. Ex funcionario kirchnerista durante los pasados 12 años de gobierno, no puede darse el lujo de engañar a nadie diciendo que no es K, pero busca distanciarse de Cristina haciéndose el díscolo y afirmando que, “si hay competencia”, irá a las PASO “para que la gente elija”.

Veamos quiénes están detrás de esta candidatura. Algunos intendentes como Katopodis de San Martín o Zabaleta de Hurlingham ya afirmaron que irán con Randazzo en la interna del PJ. Los burócratas sindicales de mayor peso que lo acompañan son algunos de los que no movieron un dedo para defender a sus trabajadores, ni durante los 12 años kirchneristas, ni ahora, que son parte de la tregua y las mesas de diálogo con el macrismo: Sasia (Unión Ferroviaria), Caló (UOM) y Pignanelli (Smata). El último burócrata que se sumó a estas filas fue Héctor Daer (Alimentación), que antes estaba con Massa.

Randazzo como ministro siguió impulsando el vaciamiento de los trenes, pretendiendo lavarles la cara con un mero maquillaje pero sin resolver ninguno de sus problemas estructurales. Fue parte de un gobierno que recibió millonarias coimas para el negociado del soterramiento del Sarmiento.

El Movimiento Evita también acompañará a Randazzo. Esta organización fue la que firmó en diciembre pasado la “paz social” con Macri. Pactaron no estar más en la calle a cambio de migajas del gobierno, que ni siquiera cumplió. El Evita mantiene una relación muy cercana con la Iglesia Católica a través de Juan Grabois de la CTEP. Por eso fueron a esa tregua con el gobierno impulsada por el propio Papa Francisco, con el objetivo de mantener la gobernabilidad de Macri. Pérsico, del Evita, había dicho que se sentía “más cómodo negociando con Macri que con Cristina”. En síntesis, la candidatura de Randazzo no es ninguna renovación, es parte del viejo aparato peronista.

Gastón Cruyff