Esto no se da solo en la Argentina. La ley de reforma laboral de Brasil, aprobada la semana pasada, que recorta prácticamente todos los derechos de los trabajadores, es el modelo que quieren seguir las patronales argentinas y el gobierno de Macri. Además, la ley brasileña le sirve de excusa a los empresarios locales: plantean que si no bajan “los costos laborales” aquí, ya no podrán competir con las empresas del gigante vecino.
Lo de la reforma laboral es un plan de Macri junto con las patronales, que consiste en imponernos pérdidas de conquistas, flexibilidad y mayor productividad. De este plan son cómplices todos los burócratas sindicales que apoyan las distintas listas del peronismo, pero que están siempre dispuestos a traicionar a los trabajadores. Así sucedió ya en Vaca Muerta, donde se flexibilizó a los petroleros con el apoyo del burócrata Pereyra. Desde que fue firmado ese convenio, es la referencia para todas las cámaras empresarias. Ahora le sigue el acuerdo que se viene negociando para el gremio automotor, en acuerdo explícito con el burócrata Pignanelli, del Smata.
Pero la indignación provocada por la represión a los trabajadores de PepsiCo, que puso en primer plano que hay un grave problema de desocupación, con suspensiones y despidos, desnudó la enorme bronca que existe entre los trabajadores y sectores populares. La multitudinaria marcha del martes 18 fue la expresión de todo esto. El gobierno y las patronales, midiendo la situación, van buscando el momento para seguir profundizando el ajuste.
Porque este gobierno de CEOs necesita flexibilizar a los trabajadores y seguir rebajando el salario e inevitablemente continuará intentando aplicar su plan. Contará para ello con el apoyo de Massa, Randazzo y el propio kirchnerismo, que hoy, en medio de las elecciones, posan de opositores. Y en el caso de los K incluso buscan “reacomodarse” y aparecer como “apoyando” algunas luchas, pero, como lo vienen haciendo, al final nuevamente le votarán las leyes de ajuste al macrismo en nombre de la “gobernabilidad”.
Por eso, contra el ajuste, los despidos y la flexibilización laboral, la única salida es dar la pelea. Apoyando a todas las luchas en curso, empezando por la de PepsiCo, y siguiendo por los trabajadores de Atucha, los médicos de la Cicop, los judiciales bonaerenses, los docentes porteños, los choferes de la 60 y el resto de los conflictos.
Por todas estas razones llamamos a votar al Frente de Izquierda, porque, a diferencia de las listas de los partidos patronales, somos los únicos que defendemos incondicionalmente a los trabajadores, como se ve en la lucha de PepsiCo. Los que vamos, sin excusas, a oponernos a todas y cada una de las medidas de ajuste del macrismo y de sus cómplices de los demás partidos patronales. Porque seguiremos impulsando la lucha contra los burócratas traidores y por una nueva dirección para el movimiento obrero apoyando al sindicalismo combativo. Porque se trata, en suma, de fortalecer a una alternativa política de la clase trabajadora con un programa opuesto al del ajuste macrista, que garantice, a partir de comenzar por no pagar la deuda externa, resolver las más urgentes necesidades de trabajo, salario, salud, educación y vivienda.
Mientras seguimos movilizándonos en defensa de cada una de las luchas en curso, te invitamos a sumarte a la campaña, dando a conocer las propuestas del FIT en tu fábrica, oficina, escuela, facultad o barrio, anotándote para ayudarnos a fiscalizar y acercándote a los locales cercanos a tu domicilio para debatir con nuestros candidatos.