Ese es uno de los párrafos del documento que se leyó en el plenario realizado en el microestadio de Ferrocarril Oeste, donde la CGT confirmó una vez más su traición. Los eternos burócratas sindicales no han confirmado ninguna acción concreta para enfrentar las políticas de hambre, despidos y represión del gobierno nacional. No hubo mención de PepsiCo ni de la represión sufrida por los despedidos, tampoco de la lucha que llevan adelante los trabajadores de Cresta Roja. Sólo el sector liderado por el bancario Sergio Palazzo mocionó una línea más dura, proponiendo reemplazar la tardía marcha convocada para el 22 de agosto por un paro nacional, propuesta que fue descartada desde el palco. Una minoría, en sintonía con el bancario, reclamó la convocatoria del Comité Central Confederal luego de las elecciones para convocar a un paro “si el gobierno no ofrece respuestas concretas y positivas a los trabajadores”. El triunviro Juan Carlos Schmid recogió el guante y contestó que era “un encuentro para escuchar y no para resolver” y que “los problemas de la Argentina no se van a solucionar con una movilización o un paro” (Página 12, 29 de julio).
No podemos confiar más en esta burocracia traidora, podrida y que termina entregando nuestras conquistas a los gobiernos de turno. Hace falta otro modelo sindical, de base, democrático y combativo. Hagamos como los ferroviarios del Sarmiento, el SUTNA, los Suteba Multicolor, otro modelo sindical al servicio de los trabajadores y sus luchas.