Afirmamos que el lugar en el que debe estar De Vido es la cárcel. Si todavía no está preso es por la complicidad de los distintos gobiernos y la justicia patronal que le brinda impunidad. La masacre de Once con 52 muertos y 800 heridos es la prueba palpable de lo que decimos: hay 21 condenados y ninguno preso. Siempre hemos exigido cárcel para los corruptos, por ello decimos que ningún diputado debe gozar de fueros para ampararse en ellos y no responder por delitos de corrupción o enriquecimiento ilícito. Los fueros no deben existir para salvar a delincuentes de guante blanco. Solo deben estar para que los diputados que apoyamos las luchas o denunciamos a los políticos patronales no seamos perseguidos, como sucede actualmente en Mendoza, donde el gobernador Cornejo (Cambiemos) pide el desafuero de tres legisladores del Frente de Izquierda por participar del paro general del 6 de abril.

A la vez, exigimos que De Vido devuelva todo lo que robó, al igual que el resto de los funcionarios, empresarios y políticos corruptos. Y señalamos que se debe terminar de una vez por todas con los negocios capitalistas corruptos. Entre éstos incluimos los que inició el ex ministro de Planificación y que continúa el actual gobierno, como son los casos de las multimillonarias obras del soterramiento del ferrocarril Sarmiento y las dos represas hidroeléctricas de Santa Cruz.
Esta es nuestra postura, no la del gobierno ni la de Cristina y el kirchnerismo que siguen defendiendo a De Vido. Por todo ello la izquierda impulsará nuevamente el desafuero a De Vido para que vaya preso.

Alguien podrá pensar entonces que la izquierda cambió. No es así. Esto es una nueva mentira. El que “cambió” en todo caso es el gobierno que ahora pide el desafuero cuando antes se negó y simuló una “expulsión” como parte de un juego electoral. La izquierda no se ha desviado ni un milímetro de sus objetivos políticos. Sostenemos los mismos argumentos por los cuales nos abstuvimos en aquella sesión del 25 de julio pasado cuando el oficialismo pidió la expulsión de De Vido por “inhabilidad moral”. Fue una clara maniobra de Cambiemos que buscaba réditos electorales. A pesar de que el gobierno sabía de antemano que nunca iba a tener los votos necesarios para lograrlo y, aunque lo lograra De Vido no iba a ir preso (no había ninguna condena judicial en su contra), igual hizo la sesión para posar como “abanderado contra la corrupción”. Nada más falso.

La acusación a De Vido también fue utilizada por Cambiemos para salvar la supuesta “moral” del resto de los diputados patronales del PRO, la UCR y el PJ que lo apoyaron y una supuesta “honorabilidad” de la Cámara de Diputados. Los mismos que votaron el pago a los corruptos fondos buitre; la ley de blanqueo de capitales que consagró la impunidad para los narcos y el lavado de dinero; aquellos que levantaron la mano para aprobar todas y cada una de las leyes de ajuste hoy hablan de “anticorrupción”.

Dijimos en aquel momento: “No le otorgamos ni un gramo de moral al diputado De Vido, pero tampoco al resto”. ¿Qué “moral” mostró Carrió con Santiago Maldonado? Una moral miserable, perversa, un oportunismo macabro. Ellos mismos con sus actitudes políticas demuestran que la acusación de que la izquierda salvó a De Vido es una infamia, una absurda mentira de los que nunca hicieron nada contra la corrupción. ¿Dónde estaban el PRO, la UCR y Carrió cuando los ferroviarios de la Bordó junto a la izquierda denunciaban el desguace del ferrocarril que culminó con la masacre de Once y los millonarios subsidios a los Cirigliano? Nunca aparecieron. Por eso insistimos: la izquierda no cambió.

Nuestro compromiso es continuar batallando para que De Vido vaya preso y seguir luchando contra este plan económico de ajuste capitalista al servicio de los grandes empresarios, multinacionales y usureros de la deuda que antes llevaba adelante el kirchnerismo con los De Vido y hoy continúa Macri y su gobierno de los Ceos.