Pero lamentablemente no será así. Se trata de una clásica operación de marketing. La realidad es que Macri utiliza los resultados electorales para embestir contra el pueblo trabajador y profundizar el ajuste. Acá no hay ningún “futuro”, “evolución” ni “combate contra la pobreza”. Mucho menos ataque a los “privilegios”. Lo único que está haciendo el gobierno es cumplir con el programa dictado por el Coloquio de IDEA (reunión de los principales dueños de empresas) hace unas pocas semanas. O las “recomendaciones” que realizó el FMI en su visita pasada. Es que, pasadas las elecciones, llegó la hora de “pasar a cobrar”. Detrás de cada uno de los planteos generales que hizo Macri hay una política concreta de ajuste. Los trabajadores en actividad, tanto del sector público como privado, y los jubilados, serán los que tendrán que pagar la factura que les garantizará mayores ganancias a las patronales y asegurará el pago de deuda externa a los acreedores internacionales.
La puesta en escena en el Centro Cultural Kirchner desnudó lo que vinimos denunciando durante toda la campaña. La oposición patronal del peronismo va a terminar negociando todas y cada una de las leyes de ajuste del macrismo. Ahí estaban los gobernadores y el jefe del bloque de senadores del peronismo Miguel Angel Pichetto, dispuestos en nombre de la “gobernabilidad” a hacer una “oposición responsable” y garantizar incluso el ajuste de sus propias provincias. Ahí estaba también la cúpula de la burocracia sindical cegetista, dando una nueva prueba de su pacto con el gobierno y de que han archivado hasta la más mínima medida de lucha.
Nos tenemos que preparar para enfrentar este ajuste. Porque, como ha sucedido otras veces, la clase trabajadora y los sectores populares saldrán a pelear contra el ataque a sus condiciones de vida, como ya lo están haciendo los trabajadores de Aerolíneas Argentinas, o los aceiteros. Al macrismo no le resultará fácil hacer pasar las medidas de baja salarial o jubilatoria. Por eso tenemos que seguir exigiendo a la CGT y las CTA que rompan la tregua y llamen a un plan de lucha para enfrentar este nuevo ajuste. Pero lo central será que tomemos la pelea en nuestras manos. Que discutamos en cada lugar de trabajo y nos organicemos para lo que se viene. Por eso será muy importante luchar por la coordinación del sindicalismo combativo para pelear por una nueva dirección del movimiento obrero, que esté a la altura de los desafíos que se nos plantean.
Todo esto tenemos que empalmarlo con todas las luchas y movilizaciones contra este gobierno, como las que continuarán esta semana en una nueva marcha reclamando castigo a los culpables por Santiago Maldonado, o las que llevarán adelante los docentes y estudiantes contra el operativo Aprender. Y, al mismo tiempo, tenemos la tarea de fortalecer la construcción de una nueva alternativa política para la clase trabajadora y los sectores populares, como la que planteamos desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda.