Escribe Claudio Funes
El presidente volvió a viajar a los Estados Unidos para tratar, una vez más, de “seducir” a las multinacionales yanquis para que vengan a invertir a la Argentina. “No van a encontrar ningún otro país que ofrezca un potencial como el nuestro. Necesitamos socios”, dijo el presidente ayer a una audiencia de más de 150 empresarios. Tantos halagos le sirvieron para ser galardonado por el Consejo de las Américas con “la Insignia de Oro” por “sus extraordinarios logros y liderazgo transformador en Argentina y todo el hemisferio”. Macri les garantizó a los presentes que iba a llevar adelante el nuevo y mayor ajuste que ellos reclaman: “Este es el momento, es ahora o nunca”.
Después de un intenso día de reuniones con inversionistas, el presidente Mauricio Macri tuvo momentos de relax. Como cuando comentó que jugaba al golf con Obama y Trump. O en la cena en la mansión de Jack Rosen, dueño de la compañía inmobiliaria internacional Rosen Partners, presidente del Congreso Judío Americano y uno de los hombres más ricos e influyentes de Nueva York, donde también estuvieron invitados varios banqueros, financistas, gente ligada a la comunicación, ex funcionarios estadounidenses y hasta el actor Robert De Niro y su esposa. Macri, con los millonarios yanquis, se siente “como en casa”.