Sebastián Piñera, multimillonario empresario que ya gobernó entre el 2010 y 2014, ganó la primera vuelta electoral con el 36%, con lo que habrá segunda vuelta el 17 de diciembre de resultado bastante dudoso. La Nueva Mayoría de la actual presidente Bachelet, con la candidatura de Alejandro Guillier, obtuvo apenas el 22%, seguido de cerca por el Frente Amplio, encabezado por ex dirigentes estudiantiles, que fue la sorpresa electoral con algo más del 20% (obtuvo 20 diputados y 1 senador).
Por otra parte, aumentó la abstención electoral, que en Chile es siempre alta, llegando al 53%. Esto pese a que la “oferta” aumentó con el récord de 8 candidaturas.
Hay que destacar que la Nueva Mayoría es la organización que gobernó Chile, con el Partido Socialista y la Democracia Cristiana (y con la incorporación del Partido Comunista en el presente gobierno de Bachelet), casi ininterrumpidamente desde los 90 (excepto desde el 2010 al 2014 que gobernó Piñera). En esta elección sufrió la deserción de la Democracia Cristiana que se presentó sola y se hundió con un pobre 6%.
Es decir que la centroizquierda gobernante se divide y se derrumba electoralmente. Parte de su electorado tradicional fue a la abstención y otra fracción al Frente Amplio, que estuvo muy cerca de ganarle al partido oficialista.
En la última elección, en 2013, Bachelet había ganado con el 62% en segunda vuelta, prometiendo la enseñanza gratuita y eliminar la deuda estudiantil (producto de los créditos a los estudiantes para pagar la universidad), y no cumplió. Además hubo grandes movilizaciones por salud gratuita, jubilaciones estatales dignas (contra el sistema privado de las AFP) y contra la tercerización laboral. Tampoco nada de esto fue cumplido por Bachelet y para colmo su hijo quedó enredado en un escándalo de corrupción. El conjunto de estos factores provocó su brusca pérdida de popularidad y el derrumbe electoral de la Nueva Mayoría.
Batacazo del Frente Amplio
El Frente Amplio presentó como candidata presidencial a la periodista Beatriz Sánchez, de 46 años, identificada como feminista, y como candidatos a diputados a ex dirigentes estudiantiles que participaron en las movilizaciones de los últimos años por enseñanza gratuita y de calidad. Pese a que el Frente Amplio tuvo un discurso ambiguo y no planteó cambios económicos de fondo que afecten el dominio de las multinacionales de la economía, fue visto por un amplio sector juvenil de estudiantes y trabajadores, como una alternativa política de izquierda, que podía llevar adelante la lucha por enseñanza gratuita, y demandas como No más AFP (contra la jubilación privada).
Segunda vuelta y después
Pese al derrumbe electoral, el oficialista Nueva Mayoría logró pasar a segunda vuelta. Su candidato Guillier, si logra sumar en este nueva instancia los votos del Frente Amplio, y sectores de centroizquierda como Marco Enriquez Ominami y la Democracia Cristiana (que sacaron el 6% cada uno), podría ganarle a Piñera.
Lo que está claro, es que tanto si gana Guillier como Piñera, no se solucionarán las grandes demandas de la juventud, los trabajadores y el pueblo expresadas en las grandes movilizaciones por educación gratuita, jubilaciones y derechos laborales. Habrá que continuar esta lucha, como lo propone el Movimiento Socialista de los Trabajadores (sección chilena de la UIT-CI), apuntando a cambios económicos de fondo y construyendo una nueva alternativa política para los trabajadores y la juventud.