1) Suspender inmediatamente los pagos de deuda externa, rompiendo con todos los organismos internacionales del imperialismo (FMI, Banco Mundial y Organización Mundial de Comercio), recuperando así nuestra real capacidad de decidir el destino de nuestros recursos, poniendo todo ese dinero al servicio de resolver las necesidades populares. Proponemos financiar un gran plan de obras públicas, basado en la construcción de viviendas. Esto permitiría en pocos años resolver el enorme déficit habitacional argentino (hay más de 5 millones de personas que están viviendo en lugares precarios), a la vez que generaría rápidamente los puestos de trabajo necesarios para resolver el problema de la desocupación. Asimismo la suspensión de pagos de deuda permitiría incrementar sustancialmente los presupuestos de salud y educación, declarando en ambas áreas la emergencia y poniéndolas como prioridad, tanto en lo que respecta a aumentos de salarios de docentes y trabajadores de la salud, como en la construcción de infraestructura.
2) Establecer un salario mínimo igual al valor real de la canasta familiar (hoy en 18.000 pesos) y jubilaciones con el 82% móvil del salario en actividad, en ambos casos ajustables mensualmente por la inflación.
3) Prohibición por ley de suspensiones y despidos y expropiación inmediata de toda empresa que viole esta disposición, poniéndola a funcionar bajo gestión de sus propios trabajadores.
4) En vez de “flexibilización laboral”, proponemos el blanqueo inmediato de todos los trabajadores, colocándolos en el convenio colectivo de la actividad respectiva, y con obligación de las patronales de pagar todas las cargas sociales adeudadas. Respetar de los derechos adquiridos por los trabajadores en décadas de luchas y terminar a su vez con todas las formas de tercerización, empezando por las que realiza el Estado, pasando a planta permanente a todos los trabajadores que están en esa condición.
5) Terminar con los tarifazos y los servicios de pésima calidad de las privatizadas, reestatizándolas y poniéndolas a funcionar bajo gestión de sus trabajadores y usuarios, con tarifas sociales para los sectores que lo necesitan. Terminar con el saqueo, rescindiendo todos los contratos de concesión de gas y petróleo, construyendo una gran YPF estatal, manejada por sus propios trabajadores y técnicos que concentre todo el negocio del sector, desde la exploración, pasando por la extracción, refinamiento y comercialización.
6) Nacionalizar la banca y el comercio exterior para acabar con toda la especulación financiera, las superganancias de los bancos, las tasas usurarias y los negociados de los monopolios exportadores, para de esta manera poner todos esos recursos al servicio de un programa económico que resuelva las necesidades más urgentes de los trabajadores.