Repasemos lo que se acaba de aprobar: un cambio de fórmula jubilatoria (la manera en que se ajustan los haberes). Con la vieja fórmula los abuelos iban a recibir un aumento de 11% en marzo de 2018. Ahora sólo recibirán 5%. Pasado a plata, a lo largo del próximo año los jubilados perderán 6.000 pesos. Ante el escándalo que se armó quisieron taparlo con un “bono compensatorio” de 750 pesos, ¡por única vez! ¡Y ni siquiera lo cobrarán todos!
También nos dicen que el proyecto de Cambiemos “garantiza el 82%”. ¡Mentira! Es el 82% del salario mínimo, lo que en la práctica significa apenas 50 pesos y para los que cobran la jubilación mínima.
La reforma jubilatoria no sólo afecta a los actuales jubilados. También va contra quienes están a punto de terminar su vida activa. Actualmente un trabajador se jubila y pasa a percibir el 60% de lo que cobraba en actividad. Con la nueva ley pasará a cobrar una jubilación de apenas el 40% de su salario. Por ejemplo, un asalariado que está cobrando 20.000 pesos, pasará a jubilarse con ¡8.000 pesos! Con esta trampa agregan que habrá “opción” para seguir trabajando hasta los 70 años. ¿Quién va a querer jubilarse para pasar a cobrar una miseria? Lo que hay detrás de todo esto es un aumento encubierto de la edad jubilatoria. Cada día veremos más abuelos, algunos incluso enfermos, a los que no les quedará otra que seguir trabajando.
El objetivo de este ataque frontal contra el sistema jubilatorio es ahorrarse 100.000 millones de pesos al año. Este es el acuerdo firmado entre Macri y los gobernadores peronistas (incluyendo a Alicia Kirchner). ¿Es que acaso irá a obras provinciales, o salarios de los trabajadores de la educación o la salud? Nada de eso, el “ahorro” del gobierno será destinado a los pagos de intereses de una deuda externa que cada día crece más. Macri también miente cuando nos dice que “todos tenemos que hacer un esfuerzo”. Al mismo tiempo que le roba a nuestros abuelos, les baja (o directamente quita) impuestos a las megamineras, a los monopolios agroexportadores, a trasnacionales como Coca-Cola o a los bingos de su amigo Angelici.
Rechazamos el ajuste previsional y la reforma impositiva que lo acompaña. Tenemos que seguir la lucha por su derogación y por un programa alternativo.
- Que todo jubilado cobre el 82% de su salario en actividad, ajustado mensualmente por el aumento de la canasta de la tercera edad.
- ¡Que se respeten todos los regímenes especiales de jubilación que los trabajadores han ganado con su lucha! ¡No al aumento de la edad jubilatoria!
- ¡Que se paguen inmediatamente todos los juicios pendientes por malas liquidaciones, algunos que tienen más de una década de espera!
- ¡Basta de tocar la plata de los jubilados! El dinero de la Anses y del Fondo de Garantía de Sustentabilidad debe destinarse exclusivamente a las jubilaciones, pensiones y subsidios de la seguridad social. La Anses y el Pami deben ser gestionados directamente por las asociaciones de jubilados.
- ¡No al vaciamiento de las cajas! Que se restituyan los aportes patronales que se quitaron en los ‘90. Basta de “perdonar” a los patrones que no aportan, blanqueo inmediato de todos los trabajadores en negro, con severas sanciones a los empresarios que no lo hagan. Recapitalización inmediata de la Anses, con los fondos de un impuesto especial a las grandes riquezas y superganancias y sobre la base de la suspensión de los pagos de deuda externa y el giro de parte de ese dinero a las cajas de los jubilados.