Sakine Cansiz, Fidan Dogan y Leyla Saylemez eran referentes del movimiento kurdo. Militantes del Partido de Trabajadores del Kurdistán (PKK), luchaban contra la opresión del Estado turco y el imperialismo. Con la complicidad del Estado francés fueron asesinadas por servicios de inteligencia turcos, en el marco de la ola represiva del gobierno de Erdogan contra el movimiento kurdo. Desde el intento de golpe de Estado a mediados de 2016 y con mayoría absoluta en el Parlamento, el partido gobernante AKP viene prolongando el estado de emergencia para intervenir alcaldías, encarcelar a opositores, reforzar la presencia del ejército en las localidades kurdas -donde se denunciaron redadas masivas, desplazamientos forzados y masacres como en Cizre, Diyarbakir y Silopi- y acentuar la represión dentro de las cárceles. Actualmente hay unos 17.000 kurdos en las cárceles de Turquía sufriendo torturas y violaciones de sus derechos humanos elementales, incluyendo a seiscientos menores encarcelados con sus madres.
Desde Izquierda Socialista seguiremos exigiendo justicia para las tres luchadoras kurdas y denunciando al gobierno turco y sus socios imperialistas por su política represiva contra el pueblo kurdo, mientras apoyamos incondicionalmente su lucha por la autodeterminación.