Con un piquete en la puerta de la fábrica y compañeros en el interior garantizando la toma, recibieron un fuerte apoyo de vecinos y trabajadores de la zona. La UOM de Morón tuvo que salir a apoyar el reclamo, y el propio Antonio Caló se acercó a dialogar con los trabajadores pese a que no tenían ninguna confianza en esa conducción. Luego de tres días de toma el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria, exigiendo a la empresa la reincorporación de los despedidos. Es un triunfo que se obtiene producto de la unidad de los trabajadores de la planta y el apoyo externo recibido. Desde Izquierda Socialista vinimos apoyando sus justos reclamos y saludamos este avance.