El ministro de Trabajo Jorge Triaca, que debe combatir el trabajo no registrado, tenía una empleada en negro. Para no blanquearla y “aumentarle el sueldo” la hizo nombrar delegada interventora en el SOMU. Triaca es un negrero y un corrupto. No puede ser ministro, debe renunciar.
Escribe Claudio Funes
“Sandra no vengas porque te voy a mandar a la c... de tu madre. ¡Sos una pelotuda!”. Con este violento audio de whatsapp el ministro de Trabajo Jorge Triaca despedía a su empleada. La mujer trabajaba en negro y prestaba servicios como “casera” desde 2012 en la quinta perteneciente a su familia, ubicada en Boulogne. El audio se viralizó e inmediatamente generó un enorme repudio popular, que se transformó en indignación cuando se conoció que, el que una vez pidió que “se comprenda al que despide”, ubicó desde abril de 2017 hasta el 12 de febrero de 2018 a Sandra Heredia como delegada interventora en el SOMU (Sindicato de Obreros Marítimos Unidos). Había una condición: debía interrumpir sus tareas de interventora si se la requería en la quinta. Veinte días antes de asumir, Triaca le había blanqueado parte del sueldo. Para colmo Heredia denunció que el ministro, a través de su cuñado, Sergio Borsalino, intentó hacerle firmar la renuncia para evitar el despido y la consiguiente indemnización. Fue tan grande el escándalo, justo en un período donde se comienzan a discutir las paritarias y el gobierno avanza con los despidos de estatales, que debió “tomarse vacaciones” para salir del centro de las críticas. Triaca está en apuros y el gobierno también.
La conducta del ministro resume el pensamiento del patrón: antiobrero, explotador y corrupto. Útil, por lo tanto, a los objetivos políticos del gobierno de Macri. Por ello, como ministro de Trabajo gestiona despidos, la supresión de conquistas obreras, la precarización y la flexibilización laboral, en síntesis hacer que el ajuste lo paguen los trabajadores.
Este gobierno viene repitiendo hasta el hartazgo su discurso de transparencia, pero sus funcionarios son cada vez más “opacos”. “El mejor equipo en ciencuenta años”, tal como lo catalogó el presidente Macri, contiene personajes de la catadura de Triaca. Nada menos que quien debería ser el responsable de combatir el flagelo del trabajo no registrado tenía una empleada en negro e ingenió todo tipo de artimañas para no cumplir con la ley. Hasta Mirtha Legrand pidió que Triaca se vaya del gobierno. Esto nos indica que el blanqueo laboral anunciado por el gobierno solo será para el beneficio de los empresarios negreros y en contra de los trabajadores. Por todo esto, Triaca debe renunciar.