Ocurrió en La Rioja, en la Escuela de Policía. El cadete de 18 años Emmanuel Garay murió por sobreexigencia en un “entrenamiento”, a días de que Macri recibiera como héroe al policía Chocobar (ver nota en esta página). Otros quedaron en terapia intensiva, de extrema gravedad. Los superiores los tuvieron doce horas a altas temperaturas con brutales exigencias y sin tomar líquido, impidiendo el funcionamiento de sus riñones. Una joven está en peligro con diálisis.
El video con la imagen de la instructora Rodríguez pateando la espalda de un cadete es estremecedor, propio de una casta de represores inhumanos. Hasta tenían que poner ropa en el piso para apoyar las manos en “la sartén” (cancha de básquet con 40 grados de temperatura) y fueron obligados a tomar agua de inodoros o de estanques contaminados. Una crueldad enorme. Fue una muerte provocada por torturas. “Me hace acordar a la última dictadura militar”, dijo el hermano del joven muerto.
Ante las movilizaciones y el escándalo público fueron detenidos comisarios y oficiales. ¡Deben responder por el homicidio todos los culpables!
Esto hizo recordar cuando en 1994 miembros del Ejército asesinaron al soldado Carrasco, lo que llevó a que se suprimiera el servicio militar obligatorio.
Esto prueba que las fuerzas de seguridad no “están ganadas” para ayudar a los vecinos como dice el verso macrista. Si eso ocurre en una “escuela” de policía… ¡imaginemos lo que va a seguir pasando en la calle con fuerzas represivas adiestradas para la represión y la tortura!