La diputada de Cambiemos Elisa Carrió se pronunció repetidas veces contra la legalización del aborto, haciendo de vocera de lo más retrógado de la Iglesia Católica. A ese rol ahora le agregó el de realizar todo tipo de maniobras para retrasar el tratamiento de la ley.
En concreto, propuso que no se discuta ahora, ya que estamos en tiempos de “fiestas religiosas”, refiriéndose a las proximidades de Semana Santa. Mañana pondrá una excusa nueva. Una auténtica vergüenza.