Hace apenas tres semanas el ministro Aranguren había anunciado que no se aumentarían los combustibles durante los próximos dos meses. Pero empezó junio y otra vez las petroleras subieron los precios. El incremento de 5%, llevó la nafta premium de 29,98 a 31,48 pesos y el gasoil de 26,47 a 27,66. Y ya anticipan otro aumento mayor aún para el mes próximo.
Desde el mes de octubre pasado, en que el ministro de Energía y ex Ceo de Shell Juan José Aranguren “liberó” los precios de los combustibles, los monopolios petroleros y gasíferos empezaron a subirlos indiscriminadamente, a veces con apenas semanas de diferencia entre un incremento y otro. Estas empresas, que se beneficiaron con el kirchnerismo con subsidios y precios mínimos garantizados para el petróleo cuando éste bajaba a nivel internacional, lo siguieron haciendo con el macrismo, ahora con un “hombre suyo” directamente al frente del Ministerio de Energía. Hay que terminar con este robo. La única salida pasa por rescindir todas las concesiones, reestatizando el negocio petrolífero y gasífero, haciendo de YPF una gran empresa estatal que realice la exploración, la extracción, el refinamiento y la comercialización, gestionadas por sus propios trabajadores.
J.C.