Escribe Mercedes Trimarchi, diputada provincial y candidata a vicegobernadora por Buenos Aires
El obispo de Catamarca, Luis Urbanc se declaró en contra de la igualdad por la que luchamos las mujeres. Con actitud burlona dijo: “Las chicas ahora quieren ser iguales a los varones ¡Laburen! Agarren un martillo, una maza, un cortafierro, y van a ser iguales que los hombres y no se les va a caer nada”. Sí, con estas palabras se dirigió la máxima autoridad de la iglesia católica en esa provincia hacia la lucha que diariamente damos las trabajadoras contra la discriminación laboral. Una acción totalmente repudiable y que rápidamente fue rechazada por las organizaciones feministas.
Con esta frase, el obispo ridiculizó la pelea por la igualdad salarial, el acceso a todas las categorías y la exigencia de que nos paguen lo mismo que a los varones por igual tarea, consigna que levantamos a nivel mundial contra la brecha salarial, que en nuestro país llega al 27%. Un nuevo ataque que se suma a las declaraciones del obispo de Santiago del Estero Enrique Martínez Ossola quien llamó a no votar a los candidatos que defienden la legalización del aborto, refiriéndose directamente a la izquierda.
Sin dudas que esta arremetida contra los derechos de las mujeres por parte de la Iglesia Católica no es nueva, ya que históricamente fue una institución que se opuso siempre a todos nuestros derechos. El año pasado contra la legalización del aborto, pero antes lo había sido contra la ley de Educación Sexual Integral sancionada en 2006. En 2012 se opusieron a la ley de identidad de género y dos años antes a la del matrimonio igualitario. Más atrás en el tiempo, en 1987 la iglesia estuvo en contra la ley del divorcio. ¡Si hasta en 1947 se pronunciaron contra al voto femenino! Es decir un prontuario repudiable totalmente machista y misógino.
Pero lo insólito no es su posición, sino que estén avaladas en los principales frentes electorales patronales. Tanto “Juntos por el Cambio” de Macri y Pichetto como el “Frente de Todos” de los Fernández y Massa, llevan en sus listas a representantes clericales contra los derechos de las mujeres. Pretenden engañar al movimiento feminista poniendo en sus listas a alguna referente con pañuelo verde como Silvia Lopenatto, Dora Barrancos u Ofelia Fernández, pero en su programa no se pronuncian que están a favor de la legalización del aborto. No lo hacen ni lo pueden hacer,ya que comparten los cargos con los celestes antiderechos como el peronista y tucumano Manzur, que en su provincia obliga a las niñas violadas a parir contra su voluntad. Lo opuesto al FIT-Unidad, que es el único frente que está 100% a favor del aborto legal seguro y gratuito y también por la efectiva separación de la Iglesia del Estado.