En el medio del derrumbe del gobierno nacional de Cambiemos, la UCR-Nuevo Espacio logró obtener una mayoría de centros de estudiantes para recuperar la FUBA después de 18 años. El Frente de Todos tuvo triunfos y derrotas, y la izquierda retrocedió. ¿A qué responden estos movimientos?
Escriben Pilar Barbas, consejera estudiantil de la Junta de Artes y Gastón Godoy, comisión directiva del CECSo
Más de cien mil estudiantes se pronunciaron con su voto y seis centros de estudiantes cambiaron de conducción: Filosofía y Letras, Medicina, FADU (Arquitectura y Diseño), Psicología, Sociales y Exactas. El resultado global marcó un profundo cambio en la correlación entre los distintos espacios políticos, siendo el dato más saliente el fortalecimiento de Nuevo Espacio (NE), la agrupación de la Franja Morada-UCR de la UBA.
NE con su cabecilla Emiliano Yacobitti, conducía Económicas y Odontología. Este año además le ganó Medicina a la alianza de PO y sectores del kirchnerismo; Psicología a un frente de Patria Grande y la agrupación de Victoria Donda; y FADU al frente kirchnerista encabezado por Comunismo Revolucionario. NE sostiene una alianza férrea con la conducción de Derecho (el Partido Socialista de Roy Cortina, que es parte de Cambiemos en Capital); con el “Movimiento Linealmente Independiente” que se consolida en la conducción de Ingeniería; y la UES que recuperó Sociales. Estas dos últimas agrupaciones son espacios que militan abiertamente en los marcos del peronismo de la Ciudad de Buenos Aires, pero que en la UBA juegan para los morados. Este marco de alianzas le permitirá al radicalismo convocar un Congreso de la Federación Universitaria de Buenos Aires y ganarlo después de 18 años.
Avanza la lógica de los centros de “servicios”
¿Cómo se explica este avance morado en el marco del derrumbe del gobierno macrista? En primer lugar, no hay que perder de vista que en la Ciudad de Buenos Aires el gobierno de Larreta sigue obteniendo un caudal de votos mayoritario. Pero por sobre todas las cosas, hay que dar cuenta de cómo ante la desmovilización se consolida el modelo de centro de estudiantes de servicios en el que Nuevo Espacio se ha perfeccionado con ayuda dinero de las autoridades. NE es la agrupación naranja con presencia mayoritaria en los CBCs, que se encarga de tener una aceitada estructura de “asistencia” a lxs estudiantes a lo largo de su carrera. Desde el primer día de cursada, el ajuste presupuestario convierte la UBA en una máquina expulsiva para cada estudiante, con sus faltas de horarios y clases de apoyo, inexistencia de becas de ayuda universales y masivas, apuntes cada vez más costosos, trámites engorrosos, etcétera. Los gobiernos y las autoridades ajustan, y en vez de destinar mayores partidas de presupuesto para garantizar la permanencia en la cursada, le giran financiamiento a sus agrupaciones afines para que se presenten como un parche de ayuda al estudiante.
Hace años venimos advirtiendo que la conducción de la FUBA (PO-Mella) tomó la definición de adaptarse a la pasividad y esa lógica de centros, en vez de tener como eje la politización y movilización del estudiaantado. El triunfo radical sorprendió este año por su contundencia, pero lleva largo tiempo de preparación.
Al no existir ninguna perspectiva de lucha en la UBA y al haberse desaprovechado la rebelión estudiantil del 2018 para avanzar en la organización del movimiento estudiantil conformando un programa propio, la forma en que la problemática del ajuste se canalizó en estas elecciones fue la de un voto de confianza a las agrupaciones que más eficientemente sostienen aparatos de asistencia y servicios en cada una de las facultades.
Incluso en triunfos de agrupaciones kirchneristas, como los de La Cámpora en Filo y Exactas, y de la UES en Sociales, las campañas estuvieron completamente centradas en discutir problemáticas de los servicios de los centros de estudiantes (comedores, precios de fotocopias, etcétera). Todo esto en el marco de omitir dar una perspectiva frente a la devaluación, el default, la enorme crisis social, política y económica que atraviesa el país. Y es por esto que seguramente Fernández celebró tanto los triunfos propios como los de Nuevo Espacio, como un fortalecimiento de la despolitización y la desmovilización en la UBA de cara a su próximo gobierno.
El retroceso de la izquierda
La necesaria unidad de la izquierda para hacer frente a este panorama se vio afectada por distintos factores. Por un lado, una de sus principales fuerzas, el PO, venía de poner en pie un frente en la FUBA con La Cámpora y todo el peronismo para sostener su cargo en la presidencia de una federación que no brindó ninguna intervención de lucha en todo el año. Esta posición, debilitaba objetivamente el planteo de la izquierda de pelear por la independencia política del movimiento estudiantil respecto de los gobiernos patronales. A su vez, el público proceso de debate entre el PO y la Tendencia del PO tuvo episodios muy virulentos en distintas facultades, de los cuales el kirchnerismo hizo leña para hablar del “divisionismo de la izquierda”. A esa idea de divisionismo aportó el Nuevo MAS con extorsiones rupturistas en distintas facultades. E incluso en Filo, donde sí se incorporó a la lista unitaria, dedicó la semana previa a las elecciones a patotear compañeras para imponer sus posiciones dentro del frente. Al NMAS le importó más el tamaño de su nombre en una boleta que perder el CEFyL.
Pero lo que más debilitó a la izquierda fue la inexistencia de un proceso de lucha en el que fuera posible que el movimiento estudiantil saque conclusiones sobre la importancia de contar con herramientas gremiales con la independencia política necesaria para enfrentar hoy a Macri, mañana a Fernández. Es solo al calor de esos procesos que grandes franjas del estudiantado terminan de verificar el verdadero rol de cómplices del ajuste de agrupaciones como Nuevo Espacio.
Una nueva etapa
Correctamente hicimos campaña contra el ajuste del FMI, y en apoyo a luchas como las de los docentes de Chubut, y advertimos sobre lo que nos traerá un próximo gobierno peronista. Retrocedimos electoralmente, pero empezamos a sembrar sobre franjas del movimiento estudiantil respecto de las perspectivas del futuro inmediato, y logramos avanzar en constituir el Frente de Izquierda Unidad en más facultades.
Se abre una nueva etapa en la UBA, en la que los ritmos de la relación del estudiantado con el gobierno de Fernández determinarán si esta nueva correlación de fuerzas logra estabilizarse o no. A las políticas de desmovilización de las nuevas conducciones del radicalismo y el peronismo les responderemos utilizando las posiciones conquistadas, y cada una de las herramientas a nuestro alcance (comisiones de base, asambleas, interfacultades), como palancas de la movilización contra el ajuste de los gobiernos y el FMI.
Desde la Juventud de Izquierda Socialista intervenimos en nueve facultades (Sociales, Filo, Exactas, Ingeniería, Farmacia y Bioquímica, Medicina, Económicas, Psicología y Derecho), ampliando nuestra extensión como nunca antes en una elección obligatoria. En cada facultad, compañerxs realizaron sus primeras experiencias en una disputa de este tipo, y nos proponemos seguir consolidando nuestra intervención para hacer cada vez más fuerte dentro del estudiantado una franja que pelee por que en nuestro país gobierne la clase trabajadora, y así tener una universidad al servicio de las necesidades populares.