Escribe Juan Carlos Giordano
“Quisieron hacerle decir que estaba en contra de las multinacionales, pero a ver, esta ex presidenta realizó el contrato con la empresa petrolera Chevron, una de las multinacionales más grandes, ¿y quieren hacer creer fuera del país o acá adentro que nosotros estamos en contra de las multinacionales? Basta de asustar y basta de mentiras”, insistió Cristina Fernández de Kirchner cuando presentó su libro en Posadas sobre la campaña negativa que le estarían haciendo al Frente de Todos (Página 12, 8/9/19).
Muchos votantes de los Fernández están en contra de Chevron, Monsanto y la Barrick, multinacionales depredadoras de nuestros recursos naturales y tremendamente contaminantes. Deben entonces sacar conclusiones de las declaraciones de Cristina.
Fue la izquierda la que siempre condenó y repudió a estas empresas imperialistas, no el peronismo. El Frente de Todos vuelve a ratificar que va a seguir gobernando para ellas.
Recordemos que Chevron firmó un pacto secreto con YPF en pleno gobierno cristinista, previo dejar que Repsol se llevara todo nuestro petróleo a quien indemnizó millonariamente cuando le rescindieron el contrato.
El MPN neuquino de Sapag, de la mano del Frente para la Victoria de Cristina, sellaron con represión el pacto secreto con la multinacional yanqui cuando se aprobó la ley. En su momento, el gobernador Sapag reconoció que él y los diputados no conocían los términos del acuerdo secreto YPF-Chevron. Igual lo votaron en una sesión escandalosa, con represión y en trámite exprés.
Chevron venía de contaminar, provocando muertes y daños irreparables al pueblo ecuatoriano, multada por 19.000 millones de dólares, sanción que luego fue levantada por la Corte Suprema argentina para que opere en el país.
Con la expropiación parcial de YPF, el Estado se apropió del 51% de sus acciones. YPF representa solo el 17% del total del negocio petrolero, mientras el 83% restante sigue en manos de multinacionales.
Esto es lo que defiende Cristina y repudia la izquierda.