El gobierno sigue en su naufragio político. El pasado 7 de septiembre comenzó formal y tempranamente la campaña electoral. Los plazos fueron ampliados para comenzar 50 días antes del 27 de octubre, seguramente ante un gobierno que especuló con tener más tiempo para explicar “sus bondades”. Pero con la derrota catastrófica en las PASO la maniobra se le volvió en contra. Macri y su gabinete dijeron que van a postergar por dos semanas el inicio de la pelea por el voto porque están “concentrados” en contener la crisis social. Pero su medida central pasa por destinar los millones de dólares que le quedan a las reservas del Banco Central para controlar el dólar, al ritmo de pulverizar casi 300 millones de dólares por día. A tal punto que el ministro Lacunza está huyendo a Washington a pedirle de rodillas al FMI los 5.400 millones de dólares que se comprometió a desembolsar para tal fin.
La preocupación de Cambiemos (ahora Juntos por el Cambio) pasa por “llegar”, en los eternos tres meses que le quedan para entregar el mando. Nada más. Solo Pichetto y Marcos Peña piensan en la utopía de remontar el resultado electoral. Macri se sigue hundiendo al ritmo del crecimiento de la miseria, la pobreza y la pérdida salarial y jubilatoria. Un dato contundente: el salario mínimo vital y móvil, la jubilación mínima y todos los planes sociales ya quedaron por debajo de la canasta de indigencia.
Ante esta terrible situación al peronismo le alcanza con hacer la plancha. Alberto Fernández se fue una semana a Europa y Cristina sigue presentando su libro. No proponen ninguna medida de fondo, solo medias tintas, mientras reafirman hasta el cansancio que van a mantener el acuerdo con el FMI y pagar toda la deuda, aunque sea usurera, ilegítima y fraudulenta.
Ahora impulsan una “ley de emergencia alimentaria” en el Congreso -avalada por los gobernadores, la burocracia sindical y la Iglesia- en un jueguito parlamentario para posar de que “combaten el hambre”. El mismo peronismo que criticó los manotazos de ahogado de eliminar parcialmente el IVA de la canasta familiar sostiene ahora que con una ley que solo dispone 8.000 millones de pesos para más comida se va a solucionar el problema… ¡cuando se van todos los meses 70.000 millones de pesos solo en el pago de los intereses de la deuda!
Daer, por su parte, acaba de reunirse con el gobierno con el objeto de anunciar un bono de 5.000 pesos para los trabajadores privados, el mismo que se otorgó en otras oportunidades y ni siquiera se pagó en muchos lugares de trabajo. Descartando, por supuesto, cualquier medida de fuerza, ni qué hablar de un paro general como propone el sindicalismo combativo y la izquierda, a pesar de que los trabajadores de Chubut ingresan en otra semana de lucha y fueron patoteados, obligando que Ctera declare un paro nacional de la docencia el pasado 5 de septiembre, o este martes haya habido un paro nacional de ATE, o que hayan sido reprimidos los trabajadores de Luz y Fuerza de Córdoba en lucha.
Ante semejante catástrofe social, el Frente de Izquierda Unidad sigue llamando a enfrentar el ajuste de Macri y los gobernadores poniendo todas sus fuerzas para ello, exigiendo que la CGT abandone la complicidad con el gobierno y junto a las CTA llame a un paro general y a un plan de lucha nacional. Por eso nuestra diputada nacional Mónica Schlotthauer viajó varios días a Chubut junto al dirigente docente y candidato a primer senador por la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Adaro, para apoyar la heroica rebelión en la provincia, mientras el gobernador peronista que responde a Alberto Fernández aplica el ajuste al mejor estilo Macri (ver páginas centrales). Y fundamentalmente, desde el FIT Unidad, levantamos un verdadero plan económico alternativo, en la emergencia y con medidas de fondo.
Somos categóricos. A diferencia de lo que dicen los Fernández de que el país va a salir delante de la mano del FMI y los pagos de la deuda con el ejemplo del “modelo” de ajuste portugués (ver página 5), desde la izquierda planteamos que solo repudiando el pacto con el Fondo Monetario y suspendiendo los pagos de esa deuda en forma inmediata se podrán combatir los males capitalistas de Macri. No pago de la deuda que debe ir unido a la nacionalización de la banca y el comercio exterior, la reestatización de las privatizadas y la imposición de un fuerte impuesto a los ricos, multinacionales y grandes empresarios. Ahí están los fondos para aumentar los salarios y jubilaciones al valor de la canasta familiar e implementar un plan de viviendas populares para dar trabajo genuino. Para luchar por esa salida es que pedimos el voto al Frente de Izquierda Unidad.
Cada voto que saque el FIT Unidad con la fórmula presidencial Del Caño-Del Plá y demás candidatas y candidatos a diputados que orgullosamente integran nuestras listas será para estar más fuertes para la lucha de hoy y la que se viene con el próximo gobierno. Para todo ello llamamos a que nos acompañen a pelear por esa salida, entre los compañeros de trabajo, estudio, familiares y amigos. Y a participar del gran acto que el Frente de Izquierda está preparando para el próximo 5 de octubre en el Obelisco de Buenos Aires. Si Macri ya fue y con Alberto sigue el FMI, hay que apoyar y votar al FIT Unidad.