No es de hoy que científicos y expertos en clima denuncian los cambios climáticos y sus graves consecuencias sobre la vida de la población mundial. Pero esa importante lucha ha ganado un nuevo impulso. En los últimos días, millones de personas, fundamentalmente jóvenes estudiantes de todo el mundo, inspirados en la convocatoria de la joven activista sueca Greta Thunberg, de 16 años, han adherido a esta causa.
El viernes 20, se movilizaron en más de 5000 ciudades de 150 países exigiendo de los gobiernos políticas que reduzcan los efectos de esta tragedia anunciada.
Esta semana, las jornadas de movilización, que para el viernes 27 convocan a una “huelga mundial por el clima”, centraron fuego en la cumbre de acción climática convocada por la ONU. Excelente escenario. Allí estuvieron reunidos los representantes de las potencias industriales, los que toman las decisiones políticas y económicas que causan estos desastres ambientales que colocan en riesgo la vida del planeta para favorecer sus lucros.
Es una lucha sin cuartel contra la falta de alternativas energéticas sustentables a los combustibles fósiles, contra la desforestación indiscriminada y los incendios intencionales producidos por el agronegocio para ampliar las áreas de cultivo de soja y la cría de ganado, contra la contaminación de los ríos producida por los desechos industriales. Son esas acciones, entre otras, las causantes de fenómenos climáticos desbastadores, de inundaciones, de mortandad de peces y animales silvestres, del cambio de comportamiento de algunas especies o del desplazamiento de poblaciones humanas con graves consecuencias para la estabilidad de los ecosistemas.
El discurso de la joven Greta Thunberg, en la Cumbre de Acción Climática, fue contundente: “[…] No tendría que estar aquí, tendría que estar en el colegio del otro lado del océano. Me han robado mis sueños, mi infancia con sus palabras vacías. De lo único que nos hablan es de dinero y de cuentos de hadas sobre el crecimiento económico contínuo” [...] “Los ojos de las futuras generaciones están sobre ustedes. Nunca los perdonaremos ¿Cómo se atreven a pretender que esto se resuelva con los negocios, como de costumbre? El mundo se está despertando, el cambio va a venir, les guste o no”.
No hay dudas, para defender el clima debemos enfrentar los ataques perpetrados por el propio sistema capitalista imperialista, sus transnacionales y representantes. Desde Izquierda Socialista nos sumamos a esta lucha reforzando las movilizaciones como las producidas en los últimos días. Desde ya, seremos parte de la movilización del viernes 27 a las 15 desde Plaza de Mayo al Congreso. Somos optimistas, nuevos vientos están soplando en defensa del clima y de nuestro planeta.