Editorial
El cierre de alianzas para las PASO ha dado todo tipo de sorpresas. Las más sobresalientes han sido el pase del “peronista renovador” Sergio Massa a la lista peronista K y el del “peronista federal” senador Miguel Pichetto integrando la fórmula del oficialismo con Macri, cuando semanas antes ambos habían jurado, en el espacio de Alternativa Federal, que ellos combatían la “grieta” de Macri-Cristina que, según ellos, era “lo peor que podía haber pasado”. Massa llegó al colmo de asegurar durante años que nunca volvería al kirchnerismo ya que “era un pasado a superar”.
A partir de la primera sorpresa crecieron en las redes los memes recordando sus contradicciones. Las de Massa y Pichetto contra Macri y Cristina. También las de Macri contra Pichetto. Muchos las comparaban con la imagen del panqueque. Esto incluye al señor Alberto Fernández que se pasó años criticando a Cristina, fue vocero de Massa y hasta votó en blanco en la segunda vuelta de 2015. Más “panqueque” imposible. Esa es la imagen justa para los políticos patronales del país.
¿Por qué se da el efecto “panqueque”? Muchos periodistas, siguiendo la creencia popular, tratan de explicarlo por el efecto del “poder”, porque quieren mantener “cargos” y el dinero que eso puede representar. Mucho de esto hay, pero el problema de fondo es otro. Los políticos patronales saltan de una postura a otra porque están en una crisis profunda y porque no tienen grandes diferencias de fondo entre ellos. Todos defienden el modelo capitalista y la subordinación a las multinacionales y el FMI.
Todos los sectores políticos patronales (peronistas en todas sus variantes, radicales, macristas) vienen fracasando. Llevaron al país y al pueblo trabajador a la decadencia social. Todos los partidos y dirigentes políticos patronales están en crisis. Las masas los vienen repudiando en las calles y en las elecciones. Basta recordar el punto máximo de 2001 con el “que se vayan todos”, “sin peronistas y radicales vamos a vivir mejor”. Miles y miles lo gritaban en las calles en el Argentinazo. Macri y Cambiemos son el nuevo fracaso. Ya antes nos llevaron a la debacle Alfonsín, Menem, De la Rúa, con el olvidado peronista Chacho Alvarez, y luego le tocó el turno a Cristina y el peronismo K. Ante el rechazo popular todos buscaron reacomodarse. Surgieron varios peronismos: el K, el renovador, el federal, o el de los “gobernadores”. Como hay varios radicalismos y ex radicales (Carrió, Stolbizer). Ahora vienen las elecciones y todos buscan un espacio para ver cómo se ubican mejor, pensando en sus lugares (diputados, intendentes o concejales).
Pero el efecto panqueque, de saltar de postura de un día para otro, también se explica porque los políticos patronales no tienen diferencias de fondo. Ahora Cristina, con el peronismo K y su alianza con Massa quieren aparecer, ante el odio popular a Macri, como que ellos son lo “nacional y popular” y que Macri-Pichetto son la “derecha” capitalista. La versión Grabois es que Pichetto sería la “derecha” peronista y Cristina la “izquierda peronista”. Falso. No hay “izquierda peronista”. Todos están con el modelo capitalista.
Pichetto dijo que comparte con el gobierno nacional “una visión capitalista”, que es “un tema que no se discute más en el mundo”, […] un capitalismo moderno, inteligente, que defienda la industria nacional…” (Infobae, 12/6/19). Pero Cristina viene diciendo algo parecido: “Quién me hubiera visto de mis épocas universitarias a ahora, estoy proponiendo volver al capitalismo en serio porque esto que estamos viviendo no es capitalismo, es anarcocapitalismo financiero total, donde nadie controla a nadie” (discurso en el G-20 3/11/11) […]. “Así que por favor terminen con esas locuras de socialismo y todas esas cosas. Tienen razón, todos quieren ganar plata. Y vamos a hacerlos ganar plata” (discurso 4/7/16). Por eso, ante el problema fundamental del acuerdo entreguista con el FMI y el pago de la deuda externa, tanto Macri-Pichetto como Alberto-Cristina coinciden en que no se puede romper con el FMI y hay que pagar. Alberto-Cristina y Massa lo disfrazan con que “hay que renegociar” pero para ver cómo se paga. Por eso ya Cristina aclaró que “magia no podemos hacer” […] “los dólares” del préstamo del FMI “va a haber que devolverlos” (acto en Santiago del Estero 12/6/19).
En las próximas elecciones de agosto (PASO) van a instalar que solo hay dos opciones: Macri-Pichetto o Fernández-Fernández. Buscan polarizar para buscar que los trabajadores y el pueblo opten por el supuesto “menos malo”.
Los votos “castigo” o votos “bronca” nunca han dado una salida a los trabajadores y el pueblo. Solo la verdadera izquierda nunca ha cambiado de posturas ni adhirió a alianzas con políticos patronales y burócratas sindicales. Solo el Frente de Izquierda y sus dirigentes llevan años diciendo lo mismo, denunciando a los que gobiernan para los de arriba, para las multinacionales y los banqueros. La izquierda es la que siempre dijo que pagando la deuda y haciendo nuevos pactos con el FMI nos hundíamos. Lo dijo cuando el gobierno de Néstor y Cristina Kirchner pagaba la deuda y cuando Macri pactó con el FMI. Es algo distinto, por eso es necesario, en agosto, darle el voto al FIT-Unidad que ha logrado más unidad sumando al MST. Hay que darle el voto a la fórmula Del Caño-Del Plá para fortalecer a los que siempre están al lado de las luchas de los trabajadores, la juventud y las mujeres. Y que propone una real alternativa anticapitalista, sin FMI, y por un gobierno de los trabajadores.