Escribe Malena Zetnik
Entre las primeras declaraciones que realizó el candidato a presidente Alberto Fernández, quien comparte fórmula con Cristina, una fue la referida a la cuestión del aborto. En la campaña electoral es el tema al que todos los candidatos de fuerzas patronales pretenden esquivar o posicionarse en forma difusa por el miedo a perder votos. Por eso, ante la pregunta de los periodistas sobre el tema, Alberto Fernández no vaciló en decir que considera al aborto como un problema de salud pública, pero que se debe abordar “sin necesidad de avanzar tan rápidamente en la legalización”. Su único argumento en dilatar este sentido derecho fue que “la legalización es algo que divide mucho a los argentinos”.
De esta manera, Fernández se encargó de dejar claro que priorizará la alianza con las iglesias en lugar de los derechos de las mujeres que siguen muriendo y abortando en la clandestinidad. Cuestión en la que confluye con su compañera de fórmula Cristina, quien ya desde el año pasado llamó a dejar de lado los pañuelos verdes para unirse con los movimientos afines al papa Francisco (CTEP y otros) en el supuesto frente anti-Macri en el que vale todo.
Ahora es cuando
Como nunca en la historia, la cuestión del aborto alcanzó un lugar central no solo como problema de salud pública y para evitar la criminalización y las muertes de las mujeres pobres que abortan en la clandestinidad, sino que es parte de un programa más amplio que denuncia el control de los cuerpos de las mujeres como una estrategia de dominio patriarcal, servil a la superexplotación capitalista que vivimos en los tiempos de crisis. Con la marea verde y su eco mundial se avanzó en la despenalización social del aborto y en que sectores de masas comprendieran el rol fuertemente reaccionario de la Iglesia Católica que impide a las mujeres abortar mientras obliga a las niñas violadas a parir. Todas las fuerzas patronales pretenden convencernos de que no es el momento para la legalización. Pero para nosotras no hay que dar un paso atrás. Tenemos más fuerza que nunca para dar esta pelea y no debemos confiar ni un poco en los que ya gobernaron y se manifestaron contra el aborto y pretenden priorizar los acuerdos electorales con los sectores fundamentalistas religiosos. Desde Isadora e Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda seguiremos impulsando esta lucha hasta que el aborto sea ley.