“Ya estuvimos en el laberinto y ya sabemos cómo salir”, dijo Alberto Fernández junto a Cristina Kirchner en el acto del pasado 25 de mayo en Merlo. El acto sirvió como lanzamiento de la fórmula presidencial kirchnerista. ¿Cómo vamos a salir de la crisis? ¿Con la receta del peronismo kirchnerista o con la que levanta el Frente de Izquierda?
Escribe Juan Carlos Giordano Diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT
Alberto Fernández habló del gobierno anterior y de lo que hará un futuro gobierno kirchnerista. Dijo que Néstor y Cristina Kirchner nos sacaron de la crisis de 2001 y que en caso de ganar en octubre van a hacer lo mismo con los males que nos está dejando Macri.
Se presentan como salvadores de la patria un 25 de mayo, ligándolo al de 1810, la gesta que nos liberó del rey de España, y a otro 25 de mayo, el de 2003, cuando asumió la presidencia Néstor Kirchner.
Vayamos por parte. Alberto Fernández quiere mostrar que en los doce años de gobierno kirchnerista se combatieron los males sociales y se sacó a millones de la miseria. Lo que no dice es que Néstor Kirchner asumió después de un feroz ajuste a través de la devaluación de 300% que había aplicado Eduardo Duhalde y que fue el Argentinazo el que impuso el no pago de la deuda, lo que permitió otorgar más de dos millones de planes sociales. Esto, sumado a que la Argentina se benefició con una coyuntura mundial favorable por el aumento de las materias primas (con precios elevadísimos de la soja, por ejemplo), fue lo que permitió empezar a salir del pozo de 2001. Pero inmediatamente el kirchnerismo reanudó los pagos de la deuda externa, priorizando a los usureros internacionales, en vez de volcar esos fondos para erradicar de raíz los males sociales.
Decir como lo hizo Alberto Fernández “pudimos salir de la deuda sin hacer padecer a ningún argentino” es una gran mentira. Porque precisamente, por pagar de contado la deuda al FMI (10.000 millones de dólares) y la friolera de 200.000 millones al resto de los usureros, el gobierno anterior nos dejó casi un 30% de pobres y un 40% de trabajadores en negro, mientras la inflación se seguía comiendo los ingresos populares, y por ello terminó siendo repudiado en las calles y en las urnas en 2015.
No hay salida con el FMI
El kirchnerismo vuelve a enarbolar la misma receta: “Hay que crecer para pagar la deuda”. Néstor Kirchner apelaba a la frase “los muertos no pagan”. Con eso les pedía a los organismos financieros que le aflojen un poco la soga para que laArgentina crezca y pueda pagar.
El kirchnerismo está reconociendo que no va a desconocer el endeudamiento contraído por Macri ni el pacto con el FMI. No es cierto entonces que va a sacar a millones de la pobreza, dar trabajo o fomentar el consumo interno como promete. Ningún país del mundo lo hizo de la mano del Fondo Monetario. Alberto y Cristina cambiaron el discurso y ya no promueven actos contra el FMI, como lo hicieron tiempo atrás, ni hablan de la deuda externa más que para decir que la van a pagar.
Alberto y Cristina hablan ahora de “sacrificio”, que “todos juntos” hagamos frente a “la herencia” que va a dejar Macri. Ese sentido tiene la frase de Cristina diciendo “no esperen que dos dirigentes puedan hacer todo”. El famoso “contrato social” que promueven entre “sectores políticos, económicos, empresarios, dirigentes sindicales y medios de comunicación” es para decirles a los trabajadores que se arremanguen porque se viene la hora de seguir con el ajuste para pagar la deuda.
Los trabajadores nunca ganaron con los “pactos sociales”, los que ganaron fueron los grandes empresarios, los bancos, las multinacionales y el imperialismo.
Comprendemos a muchos trabajadores que viendo el desastre que está dejando Macri puedan creer que con Alberto y Cristina habrá solución. Les decimos fraternalmente que no se dejen engañar. Desde el Frente de Izquierda llamamos a emprender otro camino. Hay que sacarse de encima a Macri, pero también al FMI. Y dejar de pagar la deuda externa, destinando esos fondos a aumentar los salarios y generar trabajo como parte de un plan económico alternativo al servicio del pueblo trabajador, que contemple otras medidas de fondo. Solo así se podrán combatir los males sociales, no con la trampa que vuelve a proponer el peronismo kirchnerista.