Escribe Gabriel Massa
Al salir esta edición de El Socialista, están reunidos los fundadores del llamado Peronismo Federal, el recientemente reelecto gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti; el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey; el jefe de la bancada de senadores peronistas, Miguel Pichetto, y Sergio Massa. A los que se sumará Roberto Lavagna. Schiaretti aseguró, al convocar la reunión, que el Peronismo Federal tendrá un candidato presidencial propio para competir con Macri y el kirchnerismo.
Pero Schiaretti y sus socios están preocupados. Porque al anunciar Cristina que le dejaba su lugar como candidata a presidente a Alberto Fernández, el kirchnerismo pretende robarles su espacio de peronismo “confiable para los mercados”.
Tanto es así que la mayoría de los diez gobernadores que originalmente habían apoyado el proyecto de Schiaretti y compañía se alinearon con la fórmula Fernández-Fernández. Esto incluye a los gobernadores de Tierra del Fuego, Santiago del Estero, Chaco, Tucumán, Catamarca y La Rioja. Para colmo, Sergio Massa, el integrante del Peronismo Federal que mejor mide en las encuestas (le dan 10%) dejó abierta la duda sobre si está dispuesto a llegar a un acuerdo con Cristina y Alberto Fernández para una interna común, o incluso para ir como candidato a gobernador en la provincia de Buenos Aires.
Mientras tanto, Macri convocó a Schiaretti a la Casa Rosada para que apoye su propuesta de acuerdo de 10 puntos centrado en el pago de la deuda y el cumplimiento de todo lo acordado con el FMI. Para dejarlos aún más pegados, un sector de Cambiemos está proponiendo que Urtubey vaya de candidato a vice de Macri.
Es decir, entre el apriete del gobierno y la candidatura de Alberto con Cristina, los federales y su amigo Lavagna se están quedando sin espacio y los gobernadores, que eran su principal sostén, les quitan el suelo de debajo de los pies.
Hay una razón de fondo para que los federales pierdan espacio: desde las gobernaciones y el Congreso Pichetto, Schiaretti, Urtubey y Massa, han sido durante el gobierno de Macri un apoyo fundamental de la mayoría de sus políticas en contra de los trabajadores y el pueblo, incluyendo el acuerdo con el FMI, la reforma judicial, los tarifazos y demás. Encima, en sus muchas reuniones con representantes del Fondo Monetario Internacional y en declaraciones a los medios han dicho con toda claridad que quieren avanzar con las “reformas” que Macri no llegó a concretar, como la jubilatoria o la flexibilización laboral.
Con semejante currículum, al peronismo federal le cuesta disfrazarse de opositor. Ahora con Alberto Fernández y las posiciones públicas de los dirigentes kirchneristas, les empiezan a disputar el lugar de alternativa confiable para el establishment económico internacional. Otra vez la “ancha avenida del medio” parece angostarse.