El 11 de mayo miles de personas marcharon denunciando los bombardeos israelíes en la Franja de Gaza. Fueron hasta la residencia oficial de la primera ministra Teresa May, en cuyo frente desplegaron una gran tela donde exigían que el Reino Unido deje de vender armas a Tel Aviv y corearon “Libertad para Palestina”.
Ahed Tamimi, la joven palestina apresada ocho meses por abofetear a un soldado israelí en 2017, encabezó la marcha. Organizaciones de izquierda y varios parlamentarios del Partido Laborista participaron en la manifestación, mientras que el líder de esa agrupación, el diputado Jeremy Corbyn, envió un mensaje de apoyo.