Escribe Martín Fú
La ministra Bullrich finalmente anunció la implementación del uso de las pistolas Taser. Estas armas, llamadas “no letales”, pueden causar la muerte. Su funcionamiento se basa en la aplicación y paso de hasta 50.000 voltios a través del cuerpo de quien sea víctima de las fuerzas de seguridad que las empleen. Así lo han demostrado los cientos de casos de víctimas fatales en Estados Unidos, donde hace años diferentes estados vienen usándolas y han generado más de mil muertes.
El paso de la electricidad provoca que personas con enfermedades congénitas o preexistentes, deficiencias cardíacas u otras patologías, sean potencialmente casos fatales por la utilización de esta arma, que también puede ser usada como elemento de tortura al poder su operador decidir cuántas veces hace el uso del paso de la corriente a través del cuerpo de la víctima. Una práctica que nos remite a las épocas más siniestras de nuestra historia. La misma empresa, Taser, con sede en Texas, viene enfrentando múltiples demandas de víctimas y familiares de quienes murieron por el uso de las Taser. Nuestra diputada Mónica Schlotthauer denunció nuevamente los intentos del gobierno de profundizar la política de mano dura y el proyecto de la baja de la edad de imputabilidad buscando desviar la atención de los verdaderos problemas de los trabajadores y los sectores populares como la inflación, el aumento del dólar, la carestía general de vida y la debacle política y social que Macri implementa a través de los pedidos del Fondo Monetario Internacional. En medio de un feroz ajuste, el gobierno que felicita al policía Chocobar y que defendió el asesinato del joven Rafael Nahuel en Bariloche, gasta millones en pistolas Taser para seguir reprimiendo. Desde Izquierda Socialista seguiremos rechazando y repudiando los intentos del gobierno de ampliar el arsenal de armas que siempre es utilizado contra nuestros jóvenes y los trabajadores.