Fueron arrestados por las manifestaciones en 2011 y 2012 al calor de la primavera árabe y reclamando una monarquía constitucional. Uno de ellos, además de decapitado, fue luego crucificado en una plaza pública. Las víctimas fueron condenadas por “espionaje, violencia, terrorismo y participación en manifestaciones”.
Todos, según los testimonios reunidos por Reprieve, fueron torturados para que “confesaran”. El año pasado Arabia Saudita ejecutó a 149 personas, según datos de Amnistía Internacional. El gobernante, el príncipe heredero Mohammed bin Salman, es uno de los mejores amigos de Trump. ¡Repudiamos a la criminal monarquía saudita!