Ante el hundimiento de la figura del presidente Macri, han aparecido sectores afines al propio gobierno (incluyendo algunos sectores empresarios) que proponen cambiar su candidatura por la de la gobernadora de la Provincia de Buenos Aires María Eugenia Vidal. Se apoyan en que la gobernadora tendría dos o tres puntos más de intención de voto que el presidente y una mejor imagen.
María Eugenia Vidal ha cultivado siempre una imagen “sonriente” y aparentando aparecer como “comprensiva” ante los problemas de los bonaerenses. Pero casi nadie se equivoca: su “estilo” esconde la implementación salvaje del ajuste en la provincia. Ella es la que, año a año, se planta para negarle los aumentos salariales a los docentes y trabajadores de la salud. Es la que le niega el boleto educativo a los estudiantes de los terciarios. Es la responsable de las escuelas y hospitales que se caen a pedazos. Es la jefa de la “maldita policía” bonaerense, que mientras asesina pibes con el gatillo fácil es cómplice de los negocios de los desarmaderos de los piratas del asfalto, del narcotráfico y la prostitución. No cabe duda: María Eugenia es Macri