El gobierno de Macri se sigue hundiendo. La bronca popular creciente contra el gobierno va dejando sus marcas en las elecciones provinciales. Hace unas pocas semanas salieron terceros, y lejos, en Neuquén. Ahora el papelón lo hicieron en Río Negro, donde la lista de Cambiemos apenas sacó el 5,67% de los votos. En su desesperación intentan reacomodarse con una batería de medidas truchas, supuestamente “populares”, creadas al mejor estilo Durán Barba. Así se habla de ampliar la lista de productos con Precios Cuidados, o incluso de congelar algunos de los bienes básicos de la canasta familiar. ¡El problema no es un producto más o un producto menos en esa lista, sino que esas mercaderías brillan por su ausencia en los supermercados!
Cosa obvia: nunca nadie controló que se respetaran ni, mucho menos, se sancionó a nadie (ni a las empresas ni a los supermercados) por hacerlos desaparecer de las góndolas. Tampoco tendrá nada de “popular” la medida de ampliar los préstamos para los jubilados, o los que cobran asignaciones familiares o por hijo. Solo terminará endeudando más a quienes los reciban, que al poco tiempo se darán cuenta de la trampa cuando deban devolver esos préstamos. Se trata, en todos los casos, de anuncios “para la tribuna”, con los que Macri busca desesperadamente ganar algo de espacio, cuando la realidad es que la inflación sigue comiéndose los salarios y las jubilaciones, hay más despidos, se dan nuevos tarifazos (ahora volvió a subir el subte porteño y un viaje cuesta 19 pesos), todos hechos de la realidad que siguen realimentando la bronca y el repudio hacia el gobierno.
Mientras tanto, esta semana se realiza la reunión semestral del Fondo Monetario Internacional y sus funcionarios volvieron a hablar sobre la Argentina e hicieron una declaración muy importante y reveladora: por primera vez dijeron que existe una forma de “renegociar” la deuda argentina con el organismo (más de 50.000 millones de dólares), que ellos mismos saben que es impagable en los próximos años. Sostuvieron que si alguien plantea la famosa “renegociación”, se hará a cambio de lo que ellos llaman “reformas estructurales”. En concreto, nuestro país deberá garantizar el pago religioso de todos los vencimientos con los acreedores privados (100.000 millones de dólares en los próximos tres años) más la implementación de la flexibilización laboral, liquidando las conquistas de los trabajadores y abaratándole a las patronales los despidos, y la reforma jubilatoria, aumentando la edad para acceder al sistema, liquidando los regímenes especiales como el docente, bajando los haberes y, en última instancia, apuntando a la liquidación y privatización del sistema.
Estas declaraciones de los funcionarios del FMI ponen blanco sobre negro lo que venimos denunciando desde hace meses. El peronismo en todas sus variantes, tanto el kirchnerismo, como Lavagna, Massa o las otras figuras del peronismo federal no son salida frente al ajuste de Macri. Todos ellos mienten porque se han comprometido públicamente a sostener el programa del Fondo Monetario y a cumplir con los pagos de la deuda, pero dicen que igual podrán realizar un plan económico “distinto” del Macri, de “redistribución de la riqueza” o “nacional y popular”. Solo bastaría, sostienen, renegociar con el FMI. Ahora los funcionarios del Fondo han aclarado en qué consistiría esa renegociación. No nos debe llamar la atención. De hecho fue lo que sucedió en Grecia donde hubo varias “renegociaciones” con el FMI, en todos los casos a cambio de más ajustes. Así, se llegaron a reducir ¡14 veces! las jubilaciones. Y la economía griega se hundió, sumiendo a sus trabajadores en salarios de miseria y desocupación creciente, cosa que se mantiene aún hasta hoy.
Por eso, justamente, decimos que la oposición patronal peronista no es una salida válida para los trabajadores frente al ajuste. Tenemos que romper con el FMI y suspender los pagos de deuda. Y esto solo lo plantea la izquierda. Es el prerrequisito para así tener la plata para destinarla a resolver las más urgentes necesidades populares. Es lo central del programa alternativo que levantamos desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda. Es lo que hacemos valer todos los días, en las calles, apoyando cada lucha y también planteándolo en cada una de las provincias donde ya se ha comenzado a dar la disputa electoral.