Escribe Juan Carlos Giordano,diputado nacional electo, Izquierda Socialista/FIT Unidad
El gobierno sigue con su plan de pago de la deuda en medio de la emergencia vía una oferta que se se le hará a los bonistas. Desde Izquierda Socialista venimos diciendo que esa deuda usurera no hay que pagarla, mucho más ahora con la emergencia y la terrible crisis social. ¿Cómo se va a privilegiar el pago de una deuda usuraria cuando hay que destinar esos millones de dólares a combatir la pandemia?
Siempre se nos contesta que la Argentina podría sufrir tremendas consecuencias si se deja de pagar. Es la campaña que hacen los usureros, precisamente porque serían ellos quienes perderían si nuestro país tomara esa medida soberana. Líbano acaba de suspender los pagos.
Lo importante es que otras voces comparten nuestra postura. El pasado 22 de marzo se publicó una nota con el título “¿Qué pasaría si Argentina deja de pagar su deuda?” firmada por Julián Zícari, economista y doctor en Ciencias Sociales -BA/UNDAV/Conicet- (suplemento Cash, Página12, 22/3/2020). Allí el autor señala que “un nutrido grupo de voceros de los acreedores asustan a la población si se declara el default. Amenazan con que se desataría una profunda crisis económica.
En realidad, las crisis en los últimos cuarenta años, desde la dictadura hasta la actualidad, han irrumpido como consecuencia de pagar la deuda, no por dejar de pagarla”. Y agrega que “quienes se preocupan por no cobrar en caso de default (bancos, el capital concentrado, especuladores, fondos de inversión) son los que buscan asustar a la población […]
“Lo más cercano a un argumento con respecto a dejar de pagar la deuda es decir que nuestro país ‘se caería del mundo’, sin dar luego mayores precisiones al respecto o explicar qué significa eso. Otras veces invocan que podría aumentar la pobreza o que el país podría sufrir una terrible crisis por dejar de pagar”.
Y agrega: “La crisis de la deuda de 1982, la hiperinflación de 1989, el final de la convertibilidad en 2001 y la reciente crisis macrista tuvieron como epicentro el pago de la deuda. Las devaluaciones, corridas y posteriores disparadas de la inflación y de la pobreza, con sus respectivas licuaciones salariales, respondieron en todos los casos a seguir con los pagos más que al haberlos interrumpido. La situación entonces está muy lejos de ser el infierno tan temido que muchos anuncian”.
En otra parte de la nota el economista Zícari señala: “Los beneficios de dejar de pagar podrían ser muchos. El más palpable sería que la gran cantidad de recursos que utiliza el Estado para atender la cuestión deuda se podría volcar a otras prioridades como reactivar la economía, distribuir ingresos, aumentar los presupuestos en salud, educación, jubilaciones o la obra pública”. Y finaliza: “Solo evitando el dogmatismo ciego de cumplir con la deuda la Argentina puede recuperar grados de autonomía y pensar así un destino soberano y nacional”.
Estos argumentos refuerzan lo que venimos postulando, que la Argentina debe dejar de pagar ya esa deuda mafiosa y utilizar esos fondos para combatir la crisis del coronavirus.