Llega el inicio de clases y, como hace años, los docentes estamos en alerta porque siguen los ajustes salariales, educativos y las pésimas condiciones edilicias. Macri y los gobernadores dilatan respuestas, niegan soluciones e intentan enfrentar a los docentes contra las familias. Llamamos a los trabajadores a apoyar la lucha docente por salarios y la escuela pública.
Escribe Guillermo Sánchez Porta
Volvemos a las escuelas con la situación económica, social y educativa cada día peor. Macri y los gobernadores no cesan en su política de ajuste antipopular para cumplir con el acuerdo con el FMI. Los docentes, como todos los trabajadores, sufrimos los tarifazos astronómicos de luz, agua y gas, aumentos en el transporte, la comida, con una inflación que no para. Crecen la pobreza, la miseria y la marginación social, que golpean a nuestros alumnos. Pero los salarios siguen congelados, perdiendo brutalmente el poder adquisitivo.
Macri no llama a paritarias nacionales docentes y los gobernadores postergan las provinciales. Ninguno ofrece aumento salarial ni recuperar entre el 15% y el 25% que perdieron nuestros salarios según la provincia, ante una inflación de 47% en 2018. La “gran oferta” que hacen provincias como Buenos Aires, CABA, Mendoza, etcétera, es ir devolviendo en cuotas las pérdidas que suframos con la inflación de 2019. Así, lo que perdamos en tres meses, lo “devolverían” trimestralmente, ya devaluado. ¡O sea, ni recuperación de las pérdidas de 2018, ni aumento salarial para 2019!
Además, Macri congela el llamado “incentivo” (el único aporte que hacía Nación a las provincias) hasta que desaparezca. En Santiago el salario inicial docente será de 8.000 pesos, por debajo de la línea de pobreza. ¡En Santa Cruz Alicia Kirchner no solo no ofrece aumento ni recomposición, sino que sigue pagando el sueldo en dos o tres cuotas mensuales!
También atacan la escuela pública y los derechos docentes
Quisieron cerrar los profesorados y las escuelas nocturnas en CABA. Instalaron el presentismo en Mendoza y en Santa Cruz para prohibir los paros. Hay centenares de docentes y directivos sumariados por luchar. Reemplazan el sistema educativo oficial por programas de menor calidad educativa y con docentes con contratos basura (SIGO, PROA, Fines, etcétera). Cerraron los equipos de formación docente gratuita para profundizar el negocio de los cursos pagos. Demostrando su desprecio por la vida de Sandra y Rubén en Moreno y por la integridad física de millones de alumnos, siguen los desastres en los edificios escolares. Y, junto con decenas de medidas de ajuste, vuelven a la carga con la reforma jubilatoria. Por eso los docentes debemos salir a luchar y los trabajadores tienen que apoyarnos, sin caer en las mentiras de los gobiernos. Plata hay. El gobierno la usa para pagar la deuda externa al FMI. De allí, de las enormes ganancias de las multinacionales y los subsidios a la educación privada, deben salir los fondos para los salarios y la educación pública.
Ctera y los sindicatos deben llamar ya al no inicio y plan de lucha
El gobierno larga una fuerte campaña mediática contra los reclamos docentes, convoca a mesas con punteros de Cambiemos para repudiar los paros y quiere prohibir las huelgas docentes. Ya vivimos en 2018 el significado tramposo de “negociar con los chicos en las aulas”. Lamentablemente la burocracia Celeste de Alesso, Baradel, López, Monserrat de Ctera y sus aliados, Petroccini de FEB, Díaz de Udocba, AMET, Sadop, le hicieron el juego a esa política y parecen repetir lo mismo que en 2019. Yasky, de Ctera-CTA, dijo que este año “no tenemos que hacer paros porque es hacerle el juego electoral a Macri”, y el objetivo es “que Cristina gane las elecciones”. ¡Vergonzoso! Hay que exigirles que convoquen a plenarios de delegados para votar no iniciar las clases con un plan de lucha arrancando el 6 y el 7, y el 8M por el paro mundial de mujeres, y siguiendo con paros progresivos.
Los docentes neuquinos que lograron en 2018 un aumento salarial de casi 50% y los de CABA que, encabezados por Ademys, evitaron el cierre de las escuelas nocturnas, muestran que se puede ganar. Plan de lucha, movilización y asambleas masivas y democráticas son la fórmula para torcerle el brazo al ajuste de Macri, los gobernadores y el FMI.