Escribe Malena Zetnik
El pasado 1° de febrero un editorial del diario La Nación titulado “Niñas madres con mayúsculas”, que hizo énfasis en el supuesto “instinto materno” que tendrían las niñas de 11, 12 o 13 años embarazadas, despertó un repudio generalizado. En medio de su cruzada contra la marea verde y el derecho a decidir no es casualidad que este diario, históricamente vocero de la rancia Iglesia Católica y de los genocidas, no dijera una sola palabra sobre las violaciones que sufren las niñas que quedan embarazadas en esas edades. En cambio, pretendieron embellecer la situación al defender la revictimización y tortura de niñas como la pequeña jujeña de 12 años obligada a parir, a la que se le negó el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo.
Resultaron tan aberrantes las palabras de la nota que organismos internacionales como Unicef salieron a repudiarla. Y hasta los propios trabajadores del diario hicieron público un furibundo rechazo a la línea editorial, incluso en el difícil momento que atraviesan, con setenta trabajadores despedidos de su planta de impresión. Que quede bien claro: la maternidad en la infancia no es por instinto, es por violación.