Escribe Pablo Almeida, Delegado general de ATE-Mecon
Mientras crecen la bronca por los tarifazos, los despidos y las suspensiones, la inacción de la burocracia sindical en todas sus facciones se hace cada día más patética. El sindicalismo combativo convoca a marchar contra el ajuste y exige paro y plan de lucha.
Mientras sigue la tregua de la CGT y el kirchnerismo se dedica a realizar medidas totalmente insuficientes como los “ruidazos” contra los tarifazos, el plenario del sindicalismo combativo convocó a una reunión para debatir cómo salir a pelear para enfrentar el ajuste. Estuvieron presentes los ferroviarios del Sarmiento, los trabajadores del neumático del Sutna, los Suteba combativos, Ademys, AGD-UBA, el cuerpo de delegados de ATE-Mecon y otras expresiones del sindicalismo combativo. También participaron delegaciones de las principales luchas en curso, como Siam, Pilkington, Cofco o Sport Tech, entre otras. Ahí se decidió convocar a una marcha unitaria a Plaza de Mayo, que quedó fijada para el próximo 14 de febrero. Además, se acordó un cronograma de acciones para dar apoyo a las luchas en curso y ayudar a coordinarlas para que triunfen. Así, se decidió participar en el corte del puente Pueyrredón que realizarán este jueves los trabajadores de Siam, de la marcha al Ministerio de Trabajo de los compañeros de Fate el día viernes y del acto en Pilkington el próximo sábado.
Así, el sindicalismo combativo empieza a marcar el camino para enfrentar el ajuste. Señalando que se puede ganar, tal como mostraron con su ejemplo los docentes de Ademys en la Ciudad de Buenos Aires, que obligaron al gobierno a dar marcha atrás con el cierre de las escuelas nocturnas. Para ello lo que se requiere es salir a pelear con fuerza ahora mismo, en vez de darle tregua al gobierno o subordinar las luchas a las especulaciones electorales.
Queda claro, una vez más, la necesidad de luchar por construir una nueva dirección para la clase trabajadora, democrática y combativa, que desplace a la burocracia traidora, atornillada a sus sillones y siempre dispuesta a la transa con gobiernos y patronales.
El plenario del sindicalismo combativo así lo expresó en el documento que se consensuó de cara a la marcha del 14: “Los trabajadores no tenemos nada que esperar para salir a luchar. Cada día que pasa se suman nuevos despidos, retrocede el salario y avanzan con una mayor explotación generalizada. Mientras Macri no da tregua al pueblo, los dirigentes sindicales, tanto los de la CGT como los de la CTA, solo buscan acomodarse en alguna lista electoral de la supuesta oposición patronal y nos piden a los trabajadores esperar hasta fines de 2019, para “votar bien”. La promesa de un paro “en abril o mayo” por parte del moyanismo es patear la pelota para adelante, mientras siguen pasando los ataques. El propio Hugo Yasky -representante del kirchnerismo sindical- ha señalado que “hay que evitar los paros” en el año de las elecciones. Y ni hablar de Daer, Acuña y los gordos de la CGT.”
De ahí la importancia de la exigencia a la CGT y las CTA para que terminen con la tregua y la quietud, lanzando un paro general y un plan de lucha para enfrentar las políticas de ajuste de Macri, los gobernadores y el FMI. La marcha del próximo 14 de febrero, a la que tenemos que invitar en todos los lugares de trabajo y garantizar su masividad, está al servicio de ese objetivo.